La planificación de
Deco dejó a
Flick una plantilla descompensada y ahora, transcurridos 20 encuentros, se va notando. Estar en la élite del fútbol, competir por todos los títulos y no tener ningún lateral derecho en la plantilla y uno solo por la izquierda es un disparate, un auténtico tiro en el pie.
Koundé juega en la derecha porque no hay nadie más y porque, quizá, tiene a cuatro centrales por delante. Ante sus continuos errores y fallos de concentración, que cuestan puntos y disgustos, entra
Héctor Fort, dorsal 32. Cuando
Balde se lesiona, auténtico lateral que tuvo sus mejores horas cuando tenía la competencia de
Jordi Alba, entra
Gerard Martín, dorsal 35. Es decir, en la primera plantilla no hay más recursos y se tira del filial. Pero ni en defensa, ni en ataque, ni en salida de balón, ni en llegada al área rival es lo mismo. Era necesario fichar en verano y no se contrató a nadie. Y en el mercado de invierno incorporamos a una mascota,
CAT, que tiene la cara en forma del escudo del
Barça y que hace el saque de honor contra
Las Palmas. Del 125 aniversario quedará el polémico cartel de
Barceló y poco más. No sé si el gato tendrá larga vida. Si hemos pasado más de un siglo sin mascota, señal que no era necesaria. Los expertos en marketing deportivo, sin embargo, me aseguran que es un acierto: en las muchas actividades que el Club hace con niños será un elemento entrañable, la mascota puede representar al
Barça en todas partes del mundo y en cinco sitios al mismo tiempo. Y el gran argumento: la mascota de los Chicago Bulls tiene más de 5 millones de seguidores solo en TikTok. Acabáramos, pues. A falta de laterales, lindos gatitos.
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