De los cinco puestos en la sala de escucha en la Fundación Anar en 1994 a 60 que tiene en la actualidad. Y de pensar que en aquel primer año en funcionamiento los niños 'apenas tenían problemas' a ver cómo el número de menores ayudados/as anualmente se ha multiplicado por 10 durante el periodo de estudio. De hecho, los casos no solo han aumentado de forma significativa, sino que lo han hecho en gravedad, urgencia y duración. Los niños sufren por distintos motivos y lo hacen en distintos ámbitos: en el colegio, debido a un pobre rendimiento o al acoso sufrido por sus iguales; en casa, debido a la violencia ejercida por su propia familia, o en cualquier lugar por un mal uso de la tecnogía. Hay, sin duda, un largo etéctera de menores que necesita de una ayuda tan específica como especializada. Así ha cambiado en estas tres últimas décadas la Fundación ANAR , que esta mañana ha presentado el estudio 'Teléfono ANAR, 30 años escuchando su voz», con motivo del treinta aniversario de la puesta en marcha del Teléfono ANAR de Ayuda a Niños/as y Adolescentes -900 20 20 10-, destinado a dar orientación, asistencia e intervención psicológica, jurídica y social. Una revisión documental y estadística de tres décadas al otro lado de la línea que se sustancian en que, desde febrero de 1994 a febrero de 2024 se han atendido 6.559.337 peticiones de ayuda de toda España, todas ellas necesarias para ayudar a las 227.087 niños y adolescentes en situación de riesgo en nuestro país. En consonancia con la evolución de las llamadas, una transformación social, donde el cambio de las problemáticas detectadas va intrínsecamente ligada al contexto social. Así, tal y como señala Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación Anar, «en este tiempo la sociedad española ha pasado a ser más diversa, multicultural, globalizada y tecnológica, lo que ha cambiado las llamadas de auxilio recibidas». Ballesteros ha señalado que, esta nueva sociedad, «los agentes de socialización, como la familia o el colegio, han perdido cierto control sobre el consumo que hacen los menores en redes sociales, una situación que da lugar a una pérdida de valores, donde priman la inmediatez, búsqueda de placer, o la evitación del dolor y una mayor tolerancia y normalización de la violencia por parte de los más jóvenes». Todas estas transformaciones, ha recalcado Ballesteros, «han afectado a los niños/as y adolescentes, creando nuevas situaciones de riesgo que requieren atención y vigilancia». Es verdad que también en este periodo, ha advertido Sonsoles Bartolomé, directora del departamento Jurídico de las L´líneas de Ayuda ANAR, «también se ha producido una mejora sustancial del marco jurídico de actuación para diferentes tipos de violencia y para la protección de los menores de edad, especialmente, con la puesta en marcha de la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI)». Bartolomé ha destacado la importancia de «implementar y cumplir íntegramente el marco jurídico que se ha ido desarrollando durante estos 30 años y, a la vez, avanzar ante los nuevos retos y desafíos que se plantean con la aprobación de nueva normativa como es el 'Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales'». En este contexto, Fundación ANAR, creada como organización sin ánimo de lucro en 1970, ha servido como puerta de entrada al sistema de protección para muchos menores de edad. Hasta ahora, la Fundación ha realizado 698.121 derivaciones a organismos como servicios de emergencias, centros de salud, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, servicios sociales, etc., multiplicándose por 20 durante el periodo de estudio (una tasa de crecimiento del 1.937%). Asimismo, ha realizado 34.104 intervenciones de emergencia con estos organismos, cuando la gravedad y/o urgencia del caso así lo requerían, multiplicándose por 28 (incremento del 2.696%). Evolución de las problemáticas atendidas Según los datos que presenta el Estudio, todos los problemas han crecido de manera significativa, especialmente la violencia (+1.618,7%) y la salud mental (+643,9%). En este sentido Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR ha destacado que, si bien «los problemas más leves, como las dificultades de relación, sentimentales y de sexualidad han disminuido, se han desplazado hacia otras formas más graves de violencia y cuestiones relacionadas con la salud mental. De hecho, la orientación más completa, la que requiere de apoyo psicológico, jurídico y social, ha aumentado de forma notable, de un 7,7% en 1994 a un 66,1% actualmente. Lo que significa que estamos ante casos cada vez más complejos». En lo referente a la salud mental, destaca especialmente el crecimiento de casos relacionados con conducta suicida -ideación o intento- (+2.906,7%), autolesiones (+775,3%), adicciones (+775,3%) o problemas de conducta (+754,1%). Mientras que, respecto a la violencia, sobresalen el aumento de cuestiones relacionadas con violencia de género (+1.154%); grooming, sexting y otras formas de violencia o acoso ejercidos a través de las TIC (+834,8%); maltrato psicológico (+634,4%); agresiones sexuales (+625,7%); maltrato físico (+416,4) o acoso escolar -presencial o ciberbullying (+236,1%). Además, desde que en 2010 ANAR comenzó a gestionar en España el Teléfono para Casos de Niños/as desparecidos (número de teléfono armonizado a nivel europeo), las llamadas han aumentado un 880,7%, destacando aquí los motivos de fuga y las expulsiones del hogar. El uso inadecuado de la tecnología está implicado de forma transversal en todas las problemáticas, potenciando algunas y presentando nuevas formas de acoso o violencia en otras, como: conducta suicida, autolesiones, trastornos de la conducta alimentaria, ciberbullying, sexting no consentido, grooming, nuevas formas de prostitución infantil, otras formas de sextorsión, etc. Respecto a los parámetros relacionados con gravedad, urgencia y duración de la situación por la que se produce la llamada a las Líneas de Ayuda ANAR, todos empeoran a lo largo de estas tres décadas de forma muy significativa. Recomendaciones El estudio 'Teléfono ANAR, 30 años escuchando su voz», no solo hace un análisis de la evolución y tendencias de estas problemáticas, sino que incluye una serie de recomendaciones para mejorar la situación de la infancia y la adolescencia en España, contribuyendo a una sociedad más protectora con los/as menores de edad. Entre estas recomendaciones, destaca la necesidad de reforzar la prevención en las escuelas para promover un uso adecuado de la tecnología y minimizar las conductas violentas; facilitar el acceso a asistencia psicológica de forma regular, reduciendo listas de espera, y generar un marco de conciliación real. Benjamín Ballesteros ha concluido que «la conciliación en las familias es primordial para fomentar un marco social en el que padres y madres puedan pasar tiempo con sus hijos/as; transmitir valores; evitar la sensación de soledad de los niños/as y adolescentes, que llenan con el uso de las pantallas; fortalecer su autoestima y dotar de los recursos, además de ser un apoyo y protección para lograr el desarrollo de una sociedad más madura capaz de afrontar los nuevos desafíos de la vida».