Dólar blend rumbo a una muerte natural: brecha con oficial, sólo 2%
Una jornada con resultado mixto resultó la de ayer en la plaza cambiaria con el centro de la escena para el dólar libre, que cedió 0,9% a $ 1.091. Las variantes financieras, el MEP y el "contado con liqui" registraron leves subas a $ 1.076 y $ 1.106 respectivamente. Diciembre se caracteriza por un mes de definiciones para el equipo económico por el vencimiento del impuesto PAIS, que grava con el 7,5% a las importaciones y con el 30% a los consumos con tarjeta en el exterior o pagos de servicios como Google o Netflix por ejemplo.
Pero una de las dudas principales del mercado pasa por el futuro del dólar blend, un invento de la anterior administración para contener al "contado con liqui" y así evitar disparadas en la brecha cambiaria.
El dólar oficial, como siempre en las gestiones kirchneristas, estuvo sujeto a restricciones de todos los colores, pero el problema luego surgió con el despegue de la brecha cambiaria al cotizar el "contado con liqui" 170% por encima del dólar oficial. El nacimiento del "blend" surgió para contener al CCL dado que los exportadores debían liquidar el 80% de sus ventas al exterior al tipo de cambio oficial y el 20% al CCL. Permitieron así un tipo de cambio más elevado a exportadores, mayor oferta en el CCL y la menor oferta en el oficial se reemplazó con nuevas restricciones. Único en Argentina.
A los precios de ayer, el dólar blend es de cerca de $1.032 mientras que el dólar oficial mayorista cerró a $1.013, 17. La diferencia entre ambos es de apenas 1,8%. Así en lugar de eliminar el "dólar blend" súbitamente como exigía el FMI en las revisiones del acuerdo, la eliminación apunta a darse por muerte natural, es decir, que se equilibre el dólar blend al oficial, para lo cual debe equilibrarse el CCL con el oficial. La brecha entre el CCL y el dólar oficial es hoy de 9%.
Crawling peg en la mira
Otra de las incógnitas del mes pasa por el futuro del "crawling peg" del 2%. Javier Milei ya anticipó su decisión de bajar al 1% ese ajuste mensual de manera tal de que genere una reducción adicional de la inflación. Que en lugar de ser ancla sea un motor de precios. La intención oficial era que ello ocurra en enero, pero seguramente será determinante el dato de inflación de noviembre que según mediciones privadas ascendería al 2,6%.
Recuérdese que el "crawling peg" del 2% dispara aumentos de ese orden en las naftas mes a mes, y en función del precio internacional del petróleo. De todas formas, dado el patrón de conducta del equipo económico, muy conservador y averso al riesgo, no sería de extrañar que el "crawling peg" se mantenga unos meses en el 2% o bien que se lo reduzca al 1,5%. La clave pasará por la visión de los exportadores, los principales damnificados de una apreciación cambiaria.
"Va a ser importante que la economía genere un superávit en la cuenta corriente en base caja, lo que nos lleva a pensar que es muy probable que se elimine el dólar blend y que se tomen medidas con los gastos de turismo en el exterior para que no impacten de lleno en las reservas internacionales", destaca Miguel Kiguel en el informe de Econviews.
"El Gobierno por ahora parece enfocado en bajar la inflación pensando en las elecciones de medio término del año que viene, con lo cual no parece que el desafío de las reservas sea la prioridad. La falta de reservas es el talón de Aquiles del programa, y pensar estos escenarios es fundamental para la política económica del año que viene. El blanqueo funcionó como puente para compensar la venta de reservas que se hizo a mitad de año, pero el año que viene va a exigir más definiciones, en un contexto donde el tipo de cambio real sigue bajando, donde hay una mayor apertura comercial y donde el cepo todavía es un disuasivo para la entrada de capitales".
No es fácil eliminar la maraña cambiaria.