Un estudio psicológico revela el significado de colgar la bandera de España en los balcones
Mañana viernes, 6 de diciembre, se celebra en España el Día de la Constitución Española, una fecha señalada para los 48.592.909 habitantes que viven en territorio español, según los últimos datos publicados por el INE para el 1 de enero de 2024. No cabe duda de que la bandera española, símbolo del Estado, cobra especial protagonismo. Y no es para menos. En el 'Título Preliminar' de la Constitución Española de 1978, en concreto, en el Artículo 4, en el que se señala que "la bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas".
La propia Carta Magna también reconoce lo siguiente: "Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales". Por otro lado, dentro de la legislación propia de nuestros país se recoge la autonomía directa de la bandera y su identidad en el primer artículo de la La Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas.
"La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución".
¿Qué razón psicológica nos impulsa a poner la bandera española en los balcones?
En muchas ciudades repartidas a lo largo y ancho de la geografía española, especialmente desde el procés de Cataluña, es habitual ver banderas de España colgadas de los balcones. Aunque todo puede parecer un gesto puramente patriótico, un estudio de la Universidad de Comillas publicado en 2017 sugiere más bien lo contrario: la principal motivación es la imitación social.
La conclusión a la que llegaron los psicólogos Carlos Martínez y Carmen Valor durante la investigación es que se trata de un fenómeno social que responde no tanto al patriotismo de los vecinos sino a comportamientos "de imitación" dentro de una comunidad de personas. Uno de los factores del comportamiento humano que estudia la psicología es la imitación. Hasta ahora se sabía que influye en la cantidad de gente que fuma, bebe o sigue una determinada dieta, pero los investigadores Carlos Martínez y Carmen Valor achacaron a esto mismo la cantidad de banderas que han aflorado tras el desafío soberanista en Cataluña.
"Cuanto mayor sea la proporción de vecinos del edificio o bloque que hayan colocado banderas, más probable es que un vecino también la haya colgado y, si hay pocas, el vecindario se verá más cohibido para colgarla", explicó Martínez. De hecho, su investigación demuestra cómo la población de banderas no responde necesariamente al contexto socioeconómico del barrio ni a su localización, sino simplemente a si un bloque de vecinos tiene más o menos, independientemente del resto de urbanizaciones.
"La presión está a nivel de bloque, se conocen entre ellos y uno puede saber perfectamente quién vive en el quinto y si la ha colgado o no", afirmó el psicólogo. No obstante, según apuntan ambos psicólogos en su investigación, si una persona tiene una ideología de derechas muy marcada es más proclive a exhibirla que si no la tiene, pero ello arrastrará a sus vecinos que quizás no tengan una ideología tan marcada pero que, por imitación, también colgarán la "rojigualda".
Jóvenes y ancianos, más proclives
Según las estadísticas, fruto de encuestas recogidas por el método de 'bola de nieve', los índices de edad de quienes exhiben la enseña nacional tienen forma de 'U', siendo los jóvenes y los mayores los más proclives. Los jóvenes, según manifestó Martínez, por su "visceralidad".
Sus conclusiones determinan que el efecto de las banderas guarda la misma relación que, por ejemplo, la gente que consume leche orgánica, un hecho ya investigado. Es una cuestión de "imitación" en la que no pesa tanto la convicción como el entorno, precisan.
Con este estudio, ambos pretenden abordar desde un punto de vista académico "hasta qué punto comportamientos que son simbólicos responden a fenómenos de comportamiento tan banales" como la imitación y el miedo al rechazo.
Datos curiosos sobre la bandera española
La "rojigualda" nació bajo el reinado de Carlos III, el 28 de mayo de 1785, pero no se impuso como bandera nacional hasta el reinado de Isabel II. El Gobierno de España encabezado entonces por el progresista Joaquín María López decretó el empleo de esta nueva bandera a nivel nacional tanto institucional como militarmente.
En cuanto a la elección de sus llamativos colores, se cree que la elección de dichos colores se produce a causa de la facilidad para replicar el color rojo, la mayoría de banderas de la época contaban con este color, y el uso del amarillo como consecuencia directa de su visibilidad en la mar. Si nos remitimos al simbolismo del escudo que impera en nuestra bandera, este representa a los antiguos reinos históricos de la península: Reino de Navarra, Corona de Aragón, Reino de León, Reino de Castilla y Reino de Granada.