Los precios de la electricidad y la subida de los combustibles han sido los responsables de la ultima escalada de precios en España, y con ello, el alza del IPC. El precio medio (incluido el impuesto de matriculación) que abonaron los consumidores españoles para comprar su coche nuevo asciende a unos 24.203 euros. El aumento de precio es significativo si tomamos como referencia el año 2022, cuando un coche costaba de media unos 21.829 euros, pasando por los 23.666 euros en 2023, según datos de la Agencia Tributaria. Esta tendencia de crecimiento continuo se puede ver aumentada en los próximos meses, ya que los principales fabricantes de vehículos europeos han alertado de las posibles consecuencias negativas en los precios debido a la imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos, lo que podría acarrear una subida generalizada de los coches en Europa. Esta previsión coincide con la del 'country manager' de BYD para España y Portugal, Alberto de Aza, quien ha alertado además de la subida de precios tanto de la marca que representa como de sus principales competidores, debido a la entrada en vigor a partir del próximo 1 de enero de 2025, de la normativa de emisiones para los fabricantes 'CAFE', lo que implica por un lado que algunas marcas tengan que hacer frente a una multa por superar las emisiones de CO2 exigidas por la Unión Europea, y por otro lado, a que los fabricantes tengan que invertir en adaptar sus modelos a la citada normativa. Esto hace que en España, al margen de criterios como el diseño o la fiabilidad, el precio sea uno de los factores más valorados a la hora de comprar coche nuevo. Así lo reflejan también las cifras de ventas publicadas por la asociación de Fabricantes Anfac, según las cuales modelos como el Dacia Sandero, Seat Ibiza o Renault Captur, todos ellos dentro de lo que se podrían considerar los precios más asequibles, copen las tres primeras posiciones de modelos más vendidos en el mes de noviembre. En el acumulado del año, el Dacia Sandero, a la venta desde 13.940 euros, es el coche más vendido a nivel nacional, con 30.213 unidades (+17,7%), mientras que el Toyota Corolla, desde 25.900 euros, ocupa la segunda posición, con 20.692 unidades (+14,9%), y el Seat Ibiza, a la venta desde 18.630 euros, ocupa la tercera posición, con 19.829 unidades, un 30% más respecto al año pasado. Las emisiones medias de CO2 de los turismos vendidos en noviembre se quedan en 114,4 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, un 1,5% superior que la media de emisiones de los turismos nuevos vendidos en el mismo mes de 2023. En el total del año, se registra una media de 117,4 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, manteniéndose igual que hace un año. Más allá del diseño, el confort o la potencia , la eficiencia en el consumo puede marcar la diferencia, tanto para nuestro bolsillo como para el impacto ambiental. Y de nuevo las cifras oficiales de matriculaciones en lo que llevamos de año dejan claro las preferencias de los españoles. A la cabeza nos encontramos los modelos híbridos convencionales y los coches con hibridación ligera, que con el 42,3% de cuota han ocupado la posición que hace no muchos años ocupaban los coches como motor diésel, que han caído hasta el 7,63%. Los modelos de gasolina se quedan en la segunda posición con el 33,33%, y le siguen a distancia los eléctricos puros, (6,95%), híbridos enchufables (5,85%), y de gas (4,12%). Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han elaborado el listado con los vehículos que menos consumo declaran según el tipo de motor, incluyendo los coches de combustión, eléctricos e híbridos. Todos ellos están a la venta en España, con opciones muy interesantes de diferentes segmentos, desde modelos SUV, sedán, hasta urbanos y familiares. Cada categoría recoge los 5 modelos con menor consumo declarado por los fabricantes bajo el ciclo de homologación WLTP. En general, un coche de gama media puede recorrer entre 12 y 14 kilómetros con un litro de combustible. Es decir, que consume entre siete y ocho litros cada 100 km. Sin embargo, esta cifra depende de muchos factores, como el tipo de vehículo y su estado, la tipología y conservación del lugar por el que circula y la forma de conducir (cuando más relajado, más ahorro de carburante). Esta media es bastante superior a la oficial homologada por los fabricantes, que se calculan en unas condiciones óptimas que en contadas ocasiones nos encontraremos en la vida real, pero que nos pueden servir como referencia a la hora de decantarnos por uno u otro modelo.