La ciudad fortificada del sur de Francia rodeada por una gran laguna rosa que te transporta a la Edad Media
La región de Occitania es uno de esos lugares apasionantes que quedan eclipsados por París y sus maravillas. Esta zona del sur de Francia, además de ser fronteriza con España, puede presumir de tener ciudades y pueblos de una belleza inconmensurable y algunos de los espacios naturales más impresionantes de todo el país. Por ello, siempre es una experiencia increíble conocer algunas de sus joyas más desconocidas.
Una de las maravillas escondidas de Occitania es la preciosa localidad de Aigues-Mortes, un pueblo de 6.000 habitantes ubicado al este de la región y que además es uno de los más especiales de toda Francia. No solo el hecho de estar fortificada confiere a la villa un carácter singular, sino que el entorno del que está rodeada también es casi único en Europa: unas espectaculares salinas de color rosa que parecen de ciencia ficción.
Aigues-Mortes: el puerto de Francia en el Mediterráneo
Esta localidad tiene su origen en el siglo XIII, cuando el rey Luis IX decide construir un puerto con salida al Mediterráneo en una época en la que el actual departamento de Gard y las zonas colindantes estaban dominadas por el Sacro Imperio, Aragón e Inglaterra, todo ello con el objetivo de potenciar el comercio y embarcarse desde allí hacia las cruzadas. Con el paso de las décadas, se construyeron las imponentes murallas que actualmente fortifican Aigües Mortes.
Intramuros destaca la imponente Torre de Constancia, levantada en 1242 y que sustituyó a una anterior levantada por Carlomagno. Se puede visitar y en su interior cuenta con numerosas dependencias que un día fueron hogar del monarca responsable de la creación de la localidad, aunque también puedes visitar otras maravillas como la Iglesia de Nuestra Señora de los Sablones, restaurada en varias ocasiones. Dando un paseo por el entramado callejero, perfectamente cuadriculado y atravesado por el canal del Ródano a Séte, verás rincones repletos de encanto.
Las rosadas salinas de Aigues-Mortes
Pero a poco más de un kilómetro de los monumentos medievales de Aigues-Mortes se encuentran las verdaderas maravillas del departamento de Gard, que no son otras que sus increíbles salinas rosadas. Situadas ya en la zona de Camarga, esta reserva natural comenzó a explotarse en la época romana, y sus tonalidades rosáceas la hacen incluso más especial. Se debe pagar para poder visitarlas, pero sin duda es una experiencia que no te puedes perder si estás en esta zona de Occitania.
Aigues-Mortes es una de esas pequeñas joyas desconocidas para la gran mayoría de turistas, pero que merece la pena descubrir. Además, se encuentra muy cerca de la ciudad de Montpellier y a poca distancia de Marsella, por lo que es un destino perfecto para hacer una excursión si has hecho una escapada a alguna de las dos ciudades.