Descubren una civilización perdida sumergida bajo un lago hace 1.700 años en América Latina
Una investigación arqueológica ha descubierto una civilización perdida bajo las aguas del lago Atitlán en Guatemala. El hallazgo desvela los vestigios de una ciudad que floreció hace 1.700 años y permaneció intacta cerca a una zona volcánica.
La ciudad, también conocida como la "Atlántida de Latinoamérica", ofrece una fascinante visión de la vida en las primeras etapas de esta civilización. Los arqueólogos internacionales que han participado en la excavación señalan que esta ciudad fue abandonada debido a una erupción volcánica en la región, que elevó el nivel del agua y obligó a sus habitantes a huir.
PUEDES VER: La leyenda de una roca misteriosa en la Isla del Sol que dio origen al imperio de los Incas
¿Cuál es la civilización perdida sumergida en el agua?
La civilización maya se encuentra bajo las aguas volcánicas del lago Atitlán. Conocida como Samabaj, esta ciudad se ubica en una zona estratégica rodeada por tres volcanes: Atitlán, Tolimán y San Pedro. Los arqueólogos han logrado mapear con gran precisión los vestigios de estructuras que datan desde el año 200 d.c. Se han encontrado altares ceremoniales, estelas y terrazas que permiten entender la complejidad de la sociedad maya de esa época. A pesar de su aislamiento, el descubrimiento confirma que los mayas habitaron muchas más regiones de lo que se pensaba inicialmente.
En el caso de Samabaj, su ubicación sumergida bajo el agua ha ayudado a preservar las estructuras arquitectónicas y los artefactos en un estado sorprendente. Este asentamiento es considerado una de las ciudades perdidas de los mayas, comparable con otras ciudades míticas como Tikal o Chichen Itzá, aunque su carácter sumergido lo hace aún más intrigante.
¿Cómo es la ciudad maya bajo el agua?
Uno de los aspectos más fascinantes del descubrimiento de Samabaj es la conservación de su arquitectura bajo el agua. Los arqueólogos han identificado varios elementos claves que reflejan la vida y la religión de sus habitantes. Entre ellos destacan los altares ceremoniales, que sugieren la importancia de los rituales en la vida cotidiana de la ciudad. Además, las estelas mayas, monumentos tallados que narran las hazañas de los gobernantes y eventos históricos, han sido encontrados en un excelente estado.
Las terrazas elevadas que rodean las plazas y templos de la "Atlántida Maya" también proporcionan una visión clara de las capacidades arquitectónicas de los mayas. Estos elementos no solo hablan de su destreza en ingeniería, sino también de la importancia que la cultura maya le otorgaba a la conexión con la naturaleza y el cosmos, algo reflejado en sus diseños de ciudades y templos alineados con eventos astronómicos. La presencia de estos altares y estelas subraya la rica herencia espiritual de la civilización maya, cuyas prácticas religiosas aún son conservadas por los descendientes de esta cultura.
Otras maravillas arqueológicas de la civilización maya
El descubrimiento de la "Atlántida Maya" en el lago Atitlán se suma a otros impresionantes hallazgos en la región, que destacan la genialidad de la civilización maya. Entre las estructuras más conocidas se encuentran:
- El observatorio Caracol en Chichen Itzá: Un avanzado centro astronómico que revela el profundo conocimiento que los mayas tenían sobre los astros.
- El templo de las Inscripciones en Palenque: Una pirámide de 22,8 metros que guarda importantes secretos históricos, incluyendo la tumba de un gobernante maya.
- Joya de Cerén: Un sitio excepcionalmente bien conservado que ofrece una visión única de la vida cotidiana de los mayas antes de la llegada de los conquistadores.
- Las estelas de Petén: Monumentos tallados en piedra que narran historias de poder y guerra de la antigua civilización maya.
- El juego de pelota en Cancuén: Un importante complejo que simboliza el poder y la supremacía de la ciudad maya sobre otras regiones.
Estos sitios, junto con el descubrimiento de Samabaj, ayudan a comprender la profundidad cultural, política y religiosa de los mayas. Los descubrimientos recientes en Guatemala continúan desvelando los misterios de una civilización que, aunque perdida, sigue viva en las tradiciones de sus descendientes.