Un año más, Rute se convierte durante el último trimestre del año en el epicentro de la Navidad de la Subbética cordobesa. Bajo el eslogan 'El corazón de la Navidad ', el 12 de octubre daba comienzo esta campaña que se prolongará hasta el próximo 5 de enero y en la que esperan vender 400.000 kilos de mantecado y 150.000 botellas de anís. En algunos casos, las empresas dedicadas a este sector se encuentran en la capitaneadas por la quinta generación, lo que supone que el relevo generacional está garantizado en unas firmas con más de siglo y medio de historia. La localidad, que ostenta el reconocimiento de Municipio Turístico de Andalucía, espera mantener este año las 100.000 visitas del pasado 2023, un 85% de sus turistas anuales, en un municipio que ronda los 9.700 habitantes y en el que durante la campaña se generan alrededor de 300 puestos de trabajo directos e indirectos. A pesar de que Rute no cuenta con plazas hoteleras, Carmen Rodríguez, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Rute, explica que «este año hay más de treinta plazas nuevas en alojamientos rurales localizadas, en su mayoría, dentro del núcleo urbano». Además, están trabajando para ampliar el rango de edad del visitante, «pasando de grupos de personas de mayor edad a visitas familiares en vehículo particular». El 90% del público es nacional y, en su mayoría, andaluz. En pleno puente de diciembre, momento en el que las visitas se disparan, desde la Asociación Empresarial Rute Turismo, su presidente Rafael Garrido asegura que «el inicio de la campaña ha sido ligeramente superior a otros años gracias a la climatología, teniendo en cuenta que nos referimos a un producto muy estacionalizado, pero trabajamos para que el visitante venga desde octubre». Hasta la fecha, han visitado el municipio en torno a 40.000 personas, alcanzando las 2.000 visitas diarias. Este año la campaña también está muy marcada por la gran subida del precio del chocolate, que ha aumentado un 400%. «Existe una falta de producción mundial de manteca de cacao y sus derivados, ahora se produce apenas el 30% de años atrás, lo que ha supuesto una subida irremediable en los dulces de chocolate, aunque no ha mermado las ventas», añade. Si nos disponemos a visitar Rute en Navidad, podemos comenzar en el Belén de Chocolate, el más grande de nuestro país con 55 metros cuadrados, que el próximo 2025 cumple un cuarto de siglo y que este año está dedicado al universo de los cuentos infantiles. Para su elaboración, se han utilizado más de 1.450 kilos de chocolate y está compuesto por más de 170 figuras de mazapán. El gerente de Galleros Artesanos creadores de este Belén, Jorge Garrido, explica que «para su elaboración necesitamos un espacio muy bien climatizado y se elabora por parte de cinco maestros chocolateros durante cinco meses». Será el 20 de enero cuando se funda todo este chocolate para que lo disfruten más de 800 escolares de Rute y su comarca y, llegado el mes de abril, comience la nueva creación para el próximo año. También de la firma Galleros Artesanos es el Museo Artesanal del Turrón y del Mazapán, donde se puede visitar una exposición de una maquinaria antigua de turrón y varios monumentos dedicados al mazapán que este año presenta una gran pantalla del clásico juego de Mario Bros, que se une al Pueblo de la Navidad y al Castillo de Hogwarts de Harry Potter. Siguiente parada: el Museo del Azúcar, ubicado en los despachos de la Flor de Rute. Alberga reproducciones en azúcar de monumentos emblemáticos, así como figuras de personajes ilustres. Este año no han incluido nuevas creaciones dado que han realizado una importante labor de restauración de las figuras existentes. No podemos olvidar en nuestro recorrido el Museo del Anís, pionero de esta iniciativa ruteña en 1994 y dirigido por Anselmo Córdoba. Ubicado en la Destilería El Duende, encontramos más de 700 piezas relacionadas con la destilación, algunas datadas en el siglo XVII. Cada año también presenta una nueva decoración navideña que, en 2024, recrea un Belén Napolitano. Continuamos nuestra visita recorriendo las propias destilerías de anís Machaquito (que cuenta desde este año con una zona infantil), Raza y Altamirano para conocer la forma de trabajar, cómo se destila el anís y la historia particular de cada firma. Desde los orígenes de esta villa sus vecinos se dedicaron a la destilación de aguardientes y anisados. Numerosos legajos del archivo parroquial de Santa Catalina atestiguan el pago de diezmos y primicias de la iglesia como aguardenteros en 1655. Hablamos de una tradición, heredada de padres a hijos, cuya originalidad radica en la forma de producirlo siguiendo la receta tradicional: en alambiques de cobre donde se destila con leña de olivo y matalauva.