Aunque cada vez nos acercamos más a la época invernal , aún nos encontramos en otoño y si hay un fruto protagonista durante este momento del año esas son las castañas. Aún sigue siendo el momento perfecto para comerlas, pues su temporada dura hasta enero y, además, los nutrientes que nos aportan y las pocas calorías que supone su ingesta en nuestro cuerpo son motivos más que de sobra para aprovechar e incluirlas en nuestra alimentación. Las meriendas de otoño e invierno tienen ese olor a castaña asada tan característico y, para comerlas, existen otros métodos de cocinado que pueden facilitarnos sacarles todo el partido posible. Además de crudas, las castañas suelen tomarse asadas y calentitas, sin embargo, también pueden comerse hervidas, incorporarlas a salsas o formando parte de postres o dulces. Como se puede leer en el título de este artículo, hoy te contamos una forma diferente de cocinarlas para que queden ricas y tiernas. Para hacer esta receta de castañas, con la que quedarán de escándalo, debes seguir algunos pasos que atienden al truco japonés paraque este alimento quede jugoso y en su punto , el cual recogen en 'Evasión'. Para ello, solo tendrás que poner las castañas crudas en un cuenco con bastante agua , taparlo con un trapo y dejarlas 15 minutos en reposo. Pasado ese tiempo es momento de enjuagar nuestras castañas y quitarles cualquier tipo de suciedad que puedan tener. A continuación, uno de los pasos clave: hacer una pequeña marca o muesca con el cuchillo . Esto nos permitirá que se cocinen mejor a la hora de llevarlas al fuego, siguiente paso a seguir. Así, ponemos unos 300 mililitros de agua en una olla y añadimos las castañas mientras esperamos que el agua entre en ebullición y dejamos que se cuezan despacio . Después, es el momento de poner 50 gramos de azúcar moreno y dos cucharadas aceite de alguna semilla , que no tenga mucho sabor, como el de girasol. Ponemos la tapa y dejamos que se cocine durante 15 minutos a fuego bajo, destapando al final y dejando que se aevapore el agua por completo antes de apagar el fuego. A pesar de ser un fruto seco, la composición de las castañas se parece más a la de los cereales, indican desde un documento informativo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre este alimento. «Las castañas son ricas en hidratos de carbono complejos , estos ocupan casi la mitad de su composición; y no debemos olvidar que los hidratos de carbono han de ser la fuente más importante de energía en nuestra dieta. «Por otro lado, los hidratos de carbono complejos son absorbidos por nuestro organismo lentamente, de manera que mantienen los niveles de azúcares equilibrados y, disminuyen la sensación de hambre durante más tiempo. Además, la cantidad de grasa también es bastante similar a la de los cereales y por lo tanto notablemente inferior a la que contienen el resto de los frutos secos. Gracias a estas propiedades y a que su contenido en agua es cercano al 50%, la castaña es uno de los frutos secos de menor contenido calórico, y ello la convierte en un alimento ideal para apaciguar el hambre en los días frescos ». Además, se debe recordar que las castañas también son ricas en taninos, lo cual puede provocar molestias intestinales si se abusa de su ingesta.