El Gobierno conmemorará los 50 años de la muerte de Franco en 2025 bajo el lema "España en libertad"
Lo ha anunciado Sánchez en el homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, en el que ha afirmado que el año que viene el Ejecutivo desplegará "un extenso programa de actividades" en torno al franquismo en forma de actos y acciones en museos o centros educativos
El Gobierno reparará junto a Miguel Hernández la memoria del antifranquista Enrique Ruano y la miliciana 'Maricuela'
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este martes que el Gobierno desplegará una campaña de conmemoración de los 50 años de la muerte de Franco que extenderá a lo largo de 2025. Lo ha hecho en el acto con motivo del día en homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, que estaba previsto para el pasado 31 de octubre pero se pospouso debido a la DANA y se ha celebado finalmente este martes en Madrid.
Bajo el lema 'España en libertad', el Ejecutivo desarrollará a lo largo del año “un extenso programa de actividades”, que como ya contó elDiario.es centrará muchas de sus acciones en los jóvenes y buscará llevar y explicar en los centros educativos la Segunda República y la dictadura y lo que esta implicó para los derechs y libertades. “Esta conmemoración va a tener un único objetivo: poner en valor la gran transformación en este medio siglo de democracia y homenajear a las personas y colectivos que lo hicieron posible”, ha dicho Sánchez.
El presidente ha especificado que esta batería de actividades arrancará el 8 de enero y se concentrará en “actividades culturales, eventos, escuelas o museos”, pero los detalles concretos serán explicados a inicio de año, ha afirmado Sánchez, que ha anunciado la creación “de un comisionad especial, un comité científico de expetos y expertas” y la “colaboración con todas las administraciones públicas” para la ejecución del programa.
Sánchez ha lamentado además “los discursos de exaltación de la dictadura” que se escuchan “en el Congreso”, en clara referencia a Vox, y, según sus palabras, “el peligro de involución es real allí donde se pervierte el sentido de una de las palabras más hermosas: la concordia”, ha dicho apuntando a las leyes denominadas “de concordia” que PP y Vox impulsan en varias comunidades autónomas en sustitución de las leyes de memoria democrática. “No hay concordia cuando se compara víctimas y verdugos, cuando se hacen mentiras históricas o se pactan leyes con los enemigos de la libertad e igualdad. No hay concordia posible cuando hay olvido deliberado y falseamiento de la historia”, ha afirmado.
En la misma línea se ha expresado el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, que ha asegurado que “no es concordia derogar las leyes que garantizan la reparación de las víctimas ni es libertad levantar el brazo y cantar el 'Cara al sol'. Libertad es sinónimo de democracia”.
El ministro y el presidente del Gobierno han sido los encargados de entregar las declaraciones de reparación a una veintena de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo o sus familiares con las que reconoce oficialmente que lo fueron. En algunos casos, como el del poeta Miguel Hernández o la miliciana Maricuela, el Estado ha declarado oficialmente también la nulidad de sus condenas. En la práctica, esta declaración de reconocimiento y reparación es una figura contenida en la Ley de Memoria Democrática a la que tienen derecho las víctimas y de las que el Gobierno ha entegado ya más de 600.
Con ello, el Ejecutivo quiere “reparar la memoria” de quienes sufrieron persecución y violencia. Así, entre las víctimas homenajeadas están también el joven antifranquista Enrique Ruano, la filósofa María Zambrano, el conocido como el padre de la patria andaluza, Blas Infante, el poeta Vicente Aleixandre, el cantaor Miguel de Molina o la maestra y pedagoga Justa Freire. Hay además nombres desconocidos para el gran público: hombres y mujeres anónimos que lucharon por la democracia y fueron duramente represaliados y descendientes de estas víctimas que han dedicado su vida a honrarles y, en muchos casos, a sacar sus restos de la tierra a la que fueron arrojados.