La ficción empieza a hacer hueco a los personajes gordos aunque su representación sigue lejos de la realidad
El informe elaborado por el Observatorio de la Diversidad de Medios Audiovisuales (ODA) en base a las películas y series estrenadas en 2023 refleja que la minoría de corporalidades disidentes sigue siendo evidente
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Los personajes gordos han ascendido al 8,83 % en cine y al 8,2 % en ficción seriada. El dato, que vuelve a evidenciar la falta de papeles para personas con corporalidades disidentes en la ficción audiovisual producida en este país, asciende casi cuatro puntos porcentuales con respecto a la cifra del año pasado.
Así lo ha revelado el nuevo Informe sobre gordofobia en la ficción audiovisual nacional elaborado por el Observatorio de la Diversidad de Medios Audiovisuales (ODA), que aunque desvela que la inclusión de personajes gordos se ha duplicado en un año, su presencia sigue siendo mínima en la ficción de este país. Se tratan de “cifras muy alejadas de la realidad del Estado español, donde el 55,6% de los adultos y un tercio de los menores no entran en lo definido como normopeso”.
La investigación, que ha contado con el apoyo de Netflix y Filmin, así como del Gobierno de España, ha analizado un total de 1.756 personajes en 101 películas y 70 series. Desde ODA afirman que el incremento que destaca el informe “tiene que ver directamente con cómo nuestra percepción ha cambiado”, reconociendo que “la concienciación acerca de estas ausencias corporales se debe al trabajo activista que llevan años haciendo muchos colectivos y personas, que además recientemente han ganado relevancia y espacio en medios”.
Además, desde ODA señalan que “se ha producido un aumento real de la diversidad corporal que aparece en la ficción audiovisual nacional, por lo que sigue siendo muy relevante analizar cómo son representados los cuerpos no hegemónicos ahora que están más presentes en cine y series”.
Este año se ha incorporado una nueva herramienta de análisis, el Test Divine, que “ha permitido profundizar en cómo aparecen representados los personajes con corporalidades disidentes en la ficción audiovisual”. Se encuentra inspirado en el Test de Vitto Russo y, en homenaje a la artista drag Divine, de quien toma el nombre.
Tras la implementación del Test Divine, ODA ha comprobado que, en películas, solo 17 personajes con corporalidades disidentes de 70 (24,29%) lo pasan, mientras que en series solo lo hacen 16 de 81 (19,75%). De hecho, el informe recalca que “más de la mitad de los personajes gordos (el 54,29 %) no tienen trama propia y, además, su presencia está condicionada por marcados estereotipos”.
Más hombres en películas, más mujeres en series
Los datos constatan que hay más hombres gordos (7,88%) en películas, mientras que las mujeres gordas son casi la mitad (4,56%). En series, sin embargo, sucede todo lo contrario, pues hay más mujeres gordas (8,06%) que hombres gordos (6,41%). En el caso de los personajes no binarios, únicamente se cuenta con dos y ambos en series.
Desde ODA destacan que “las mujeres son más propensas a ser leídas como gordas que los hombres, hecho que además contrasta con que en general haya más hombres gordos en las ficciones”. Estos datos indican que, mientras que se han encontrado 377 cuerpos normativos de hombres en las películas analizadas, solo 33 son de personajes gordos y apenas 9 reflejan otras corporalidades. Con respecto a las mujeres, se han hallado 345 cuerpos normativos, 17 personajes gordos y 11 que reflejan otras corporalidades.
Asimismo, en el mundo de las series, se han encontrado 461 cuerpos normativos de hombres, 31 de personajes gordos y 6 de otras corporalidades. En el ámbito femenino, ha habido 418 cuerpos normativos, 37 personajes gordos y 4 pertenecientes a otras corporalidades.
No hay apenas referentes para los niños
El informe da a conocer más diferencias con respecto a los datos publicados el año pasado. Una de ellas es que la mayoría de personas con corporalidades disidentes en películas de 2023 se han concentrado en la franja de mayores de 50 años, mientras que en 2022 la mitad de la representación gorda se encontraba entre los 30 y los 50 años. Dicha franja es ahora la segunda más habitual.
Con respecto a las series, vuelve a haber mayor concentración en la franja entre 30 y 50 años, con 30 personajes gordos de los 70 y 6 con otra corporalidad de los 11 totales. Solo se ha encontrado una persona menor de 13 años en el estudio realizado.
Desde ODA muestran su preocupación ante “cómo la representación de infancias gordas está marcada por comentarios de odio que se lanzan dentro de películas y series familiares, dejando a les niñes sin referentes dignos de diversidad corporal”.
Poca representación de discapacitados, racializados y LGBTQA+
El Observatorio de la Diversidad de Medios Audiovisuales indica que “un tercio de los cuerpos no hegemónicos analizados pertenecen a personajes con discapacidad”, de modo que un año más “se comprueba que la discapacidad sigue siendo leída como una disidencia, también en el marco de la corporalidad”.
Además, atendiendo a la racialización, destacan que, “en series, todas las mujeres latinas gordas se dedican al trabajo reproductivo, a la limpieza o al cuidado de ancianos, cristalizando así estereotipos habituales sobre las personas migrantes”. Pese al incremento de personajes gordos hasta el 8%, la cantidad de personajes racializados con cuerpos no normativos sigue siendo igual de baja en cine que en 2022.
Por último, desde ODA informan de que, “de los 12 personajes queer con otra corporalidad, solo 7 pasan el Test de Vitto Russo, mientras que 6 pasan el Test Divine”. Esto demuestra que, “aunque podría pensarse que por pasar un test deberían pasar el otro, esto no es cierto, ya que solo 3 aprueban ambos”.
Todavía queda mucho por mejorar
Los responsables de la investigación aclaran que “los datos poblacionales que recogen organismos como el Instituto Nacional de Estadística (INE) son estigmatizantes porque hablan de la corporalidad a partir de unos supuestos preceptos de salud que giran alrededor del sobrepeso y del Índice de Masa Corporal (IMC), herramienta ya ampliamente denostada por la comunidad científica y activista como indicador de salud”.
Aun así, desde ODA matizan que si continúan utilizando los datos de dichos estudios es porque “son los únicos censos en esta línea” de los que disponen y porque “demuestran el inmenso abismo que existe entre las corporalidades de la población española y las mostradas en pantalla”.