Si hubo alguien que sufrió en su propia identidad como catalán y como torero la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, ese es, sin duda, Serafín Marín. El diestro de Montcada dio siempre el paso al frente en la defensa de la tauromaquia, atacada y abolida contra derecho por el Parlament. No renunció ni un instante a batirse el cobre para luchar por algo que arrebataba sentimientos y libertades. Y no dudo jugarse su propia carrera en los ruedos. Se la jugó y la perdió, porque él ha sido el pagano de una cruda situación. Estuvo siempre en primera fila junto a los aficionados, fue parte fundamental en la resistencia, y al final su nombre fue orillado. Tras...
Ver Más