El Kremlin ha confirmado este miércoles que Rusia está en contacto con las nuevas autoridades instaladas en Siria tras la caída del régimen de Bashar al Assad para abordar la situación en torno a las bases militares con las que cuenta en el país asiático, las únicas que tienen en la cuenca del mar Mediterráneo . «Mantenemos contactos con los que controlan ahora la situación en Siria «, ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, quien ha afirmado que »esto es necesario«. »Nuestras bases están ahí, nuestra misión diplomática está ahí y, por supuesto, el asunto de garantizar la seguridad de estas instalaciones es extremadamente importante«, ha agregado. Peskov ha declinado detallar con quién está en contacto Moscú en Siria, dado que «ha pasado demasiado poco tiempo», si bien ha insistido en que «no hay más opción que contactar con los que controlan la situación sobre el terreno» , según ha informado la agencia rusa de noticias Interfax. Rusia dispone de dos instalaciones de importancia estratégica en el noroeste de Siria: un aeródromo en Hmeimim, situado en la provincia de Latakia, y una base naval en Tartús , capital de la provincia homónima. El Gobierno ruso declaró el domingo «en alerta roja» las citadas bases ante la toma de Damasco por parte de yihadistas y rebeldes. «Tenemos que actuar en línea con las realidades existentes», ha sostenido el portavoz del Kremlin, al tiempo que ha argumentado que Moscú dio apoyo a Al Assad «a la hora de hacer frente a los terroristas» y «estabilizar la situación, que amenazaba a toda la región», tras la huida de Al Assad a Rusia después de 24 años al frente de Siria. Por otra parte, ha criticado los bombardeos de Israel y la entrada de tropas israelíes en territorio sirio y ha afirmado que «es poco probable que vaya a ayudar a estabilizar la situación en una Siria ya desestabilizada«. La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib --situada en el noroeste, en la frontera con Turquía--, ha permitido a yihadistas y rebeldes tomar la capital, Damasco, y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 --primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.