El Gobierno y Planas a la deriva
Es un secreto a voces que el actual Gobierno presidido por el marido de Begoña va a la deriva y está en riesgo permanente de naufragio. Baste un ejemplo: a falta de poco más de quince días para que acabe el año, ni están los Presupuestos Generales del Estado para 2025, ni hay que esperarlos. Lo de engañar a todos durante mucho tiempo parece que se ha terminado. Luis Planas, el ministro sanchista de Agricultura, Pesca y Alimentación, también va a la deriva; el problema de eso es que se lleva por delante al sector agrario y al pesquero. Lo de ayer, calificando de “buenos resultados” en el Atlántico y el Mediterráneo la negociación pesquera en Bruselas es de aurora boreal. Solo haciendo un gran ejercicio de magia pueden considerarse esos resultados de buenos. Lo explico con un símil: la situación que había hasta ahora era, pongamos, que de cero; las propuestas de la Comisión Europea pretendían llegar a -20 y el resultado final se ha quedado en -10. Aunque se haya mejorado algo lo que querían los de Bruselas, el futuro será peor que el actual, se ponga como se ponga Planas. Lo han dejado muy claro las organizaciones de este sector que han valorado negativamente lo que se acordó ayer, por mucha unanimidad que hubo entre los ministros del ramo. La gestión del ministro sanchista va a terminar con los barcos a pique o en el desguace y aún así dice que está bien.
Otro tanto sucedió el pasado fin de semana, cuando Planas valoró muy positivamente el acuerdo alcanzado entre la Comisión Europea y los países de Mercosur. Eso lo podría decir el ministro de Asuntos Exteriores o incluso el de Economía, pero no el de Agricultura, ya que una parte importante del sector agrario español va a ser el que pague la factura del citado pacto. Evidentemente las organizaciones agrarias han puesto el grito en el cielo y algunas de ellas (ASAJA Y COAG) han convocado movilizaciones para la próxima semana. Llegados a este punto cabe preguntarse a quién defiende Planas con su gestión, porque a los agricultores, ganaderos y pescadores desde luego que no. Con él de capitán, estos barcos van a la deriva, en el mejor de los casos, o a pique en el peor.