Los rebeldes sirios ejecutan a elementos del régimen de Asad pese a sus promesas de reconciliación
“No perdonaremos a quienes fueron cómplices en la tortura y el asesinato de detenidos, y los perseguiremos en nuestro país”, había prometido el miércoles Abú Mohamed al Golani, líder de los rebeldes que derrocaron al régimen de Bachar al Asad hace menos de una semana. “Llamamos al resto de naciones a entregarnos a aquellos criminales que escaparon para que podamos someterlos a la justicia”, instaba el ex combatiente del Frente al Nusra y hoy jefe de Hayat Tahrir al Sham (HTS) en alusión velada a Rusia, que acoge desde el fin de semana a la familia Asad.
En los primeros días con el control del país, las nuevas autoridades -una amalgama de yihadistas e islamistas radicales- se enfrentan al dilema de preservar la imagen de moderación, inclusividad y magnanimidad exhibida, ayer aseveraron que su voluntad es la de instaurar un “Estado de derecho”, con la pulsión de venganza contra los distintos aparatos del régimen dictatorial de los Asad, a la cabeza de ellos mandos militares y responsables de seguridad.
Videos difundidos en las redes sociales en las últimas horas muestran actos violentos y ejecuciones de supuestos individuos vinculados al régimen del Partido Baaz por parte de aparentes combatientes rebeldes en lugares del país leales a las depuestas autoridades. Unos hechos de los que ha dejado constancia en las últimas horas el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El miércoles, grupos de desconocidos vinculados a las facciones insurgentes vandalizaron el mausoleo de la familia Asad en la localidad de Al Qardaha, en la provincia mediterránea de Latakia. La citada ONG, con base en Londres y larga experiencia en el monitoreo de la realidad política de Siria gracias a sus informantes locales, advierte de que precisamente la provincia occidental, feudo alauita -la secta a la que pertenece el clan Asad y los miembros del apartado del viejo Estado-, puede ser escenario en las próximas horas y días de nuevos ajusticiamientos contra ex funcionarios del régimen y miembros del extinto aparato de seguridad. No en vano, miles de personas pertenecientes a este grupo religioso emparentado con el chiismo vienen abandonando suelo sirio en las últimas horas rumbo al Líbano por temor a los islamistas -suníes- en Damasco.
En este sentido, los líderes rebeldes hicieron pública su intención de disolver todos los aparatos de seguridad del antiguo régimen y cerrar las cárceles donde fueron privados de libertad, además de torturados o ejecutados, miles de presos por su oposición a la dictadura. La primera de ellas, ya desmantelada el pasado fin de semana, fue la prisión de Saydnaya, el conocido como “matadero humano” de la autocracia siria recién depuesta. El citado Observatorio Sirio para los Derechos Humanos cifra en 60.000 el número de personas que fueron asesinadas o torturadas en las distintas cárceles del Estado durante los 25 años de dictadura.
En su esfuerzo por obtener respaldo entre la comunidad internacional, los rebeldes expresaron ayer su “disposición a cooperar directamente” con Estados Unidos para localizar a los estadounidenses “desaparecidos” en el país, entre los que figura el periodista Austin Tice. Washington sigue considerando al líder de la triunfante revuelta rebelde y a su organización, HTS, como “terrorista”. También ayer el aún secretario de Estado de EEUU Antony Blinken viajó hasta Jordania, donde abordó con el rey Abdalá II la situación en la vecina Siria. El jefe de la diplomacia estadounidense se reunirá hoy en Ankara con las autoridades turcas, que han sido clave, gracias a su respaldo, en el éxito de la coalición de entidades neoyihadistas e islamistas que provocaron el derrumbe del régimen de Asssad. Por su parte, el jefe de los servicios de inteligencia de Turquía (MIT), Ibrahim Kalin, visitó ayer Damasco para darse un baño de masas en las calles de Damasco.
En un gesto de carácter simbólico pero no exento de trascendencia, las autoridades autónomas kurdas en el noreste de Siria anunciaron ayer la adopción de la nueva bandera del país tras la caída del régimen de Bachar al Asad. La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) aseguró que la decisión se explica por “la victoria de la voluntad de los sirios y el derrocamiento del régimen opresor”.
Lo cierto es que las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), brazo armado de la AANES, hacen frente en estos momentos a una ofensiva lanzada por rebeldes apoyados por Turquía mientras abren la puerta a conversaciones con Ankara y HTS para lograr un acuerdo sobre la nueva situación en el país. Del gesto de este jueves puede inferirse que la voluntad de las FDS no pasa en estos momentos por tratar de desgajarse de Siria como un Estado independiente, sino formar parte de la nueva realidad política con mayor o menor autonomía.
Mientras tanto, el Ejército de Israel ha llevado a cabo este jueves nuevos bombardeos contra los alrededores de la capital de Siria, Damasco, en medio del repunte de sus ataques contra el país tras la caída del régimen de Bachar al Asad, según hizo público el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos en la red social X. El Ejército israelí no confirmó la información. La misma entidad cifró este miércoles en 350 el número de bombardeos israelíes sobre Siria, la mayoría de ellas contra infraestructura o armas del Ejército regular sirio, pero también contra posiciones del Estado Islámico.