Los elementos minerales críticos como son las tierras raras (elementos 57 a 70 del sistema periódico), el telurio o el cobalto, actualmente codiciados mundialmente, son esenciales para el desarrollo de las energías necesarias para una transición energética como son la solar, eólicas o mareomotriz como alternativas para al uso de los combustibles fósiles. Este es uno de los debates afrontados en la Declaración del 2024 sobre Retos y Oportunidades de la ciencia española en una sociedad globalizada presentado en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (RAC) el pasado 27 de noviembre . Estos minerales son considerados como materiales críticos por la Unión Europea por ser valiosos y necesarios para equipamientos tecnológicos, así como para el desarrollo de 'energías verdes'. Un ejemplo son las denominadas tierras raras, que son fundamentales actualmente para la fabricación de smartphones y de ordenadores portátiles. Por otra parte, el telurio es básico para la fabricación de paneles solares., y el cobalto y níquel son fundamentales para las baterías de coches eléctricos e híbridos, que actualmente están reemplazando a los coches con combustibles fósiles. La mayoría de estos elementos críticos son escasos y poco concentrados en tierra firme (de ahí el sobrenombre de «tierras raras») pero relativamente abundantes y altamente concentrados en los minerales de los fondos marinos. Como ejemplo, el telurio se encuentra 50.000 veces más concentrado en algunos minerales de los océanos que en la corteza terrestre. Todos estos yacimientos minerales se pueden encontrar tanto en jurisdicciones nacionales de los Estados costeros como en aguas internacionales. En España, desde el 2011 que se iniciaron los trabajos científicos para la ampliación de la Plataforma Continental al Oeste de Canarias, se descubrieron una serie de montes submarinos que rodean al archipiélago canario, denominados coloquialmente 'Abuelas de las Canarias'. Dichos montes contienen importantes reservas de cobalto, telurio y tierras raras en costras de hierro y manganeso. En 2017, el impacto mediático a nivel internacional y nacional surgió a raíz de una noticia en la BBC, en las que estimaba que solamente en el monte submarino Tropic contenía 1/5 de las reservas mundiales de telurio. Por otra parte, los recursos minerales que se localizan en aguas internacionales más allá las plataformas continentales, es decir que suponen un 75% de los océanos, están considerados como patrimonio común de la comunidad conforme a la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. España ratificó esa Convención en el año 1982 y por tanto debe estar presente aportando ciencia y tecnología submarina a este gran reto a escala global. El organismo que debe velar por la conservación y regular las actividades en los fondos marinos es la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM; ISA por sus siglas en inglés), organismo autónomo que tiene un acuerdo de colaboración con las Naciones Unidas. Hasta el presente, la AIFM ha emitido una treintena de contratos de exploración y estudio de yacimientos en los fondos marinos, pero ningún contrato de explotación. Las parcelas de exploración tienen una extensión de 150.000 kilómetros cuadrados. Una parcela de extensión como la Comunidad Autónoma de Andalucía. La lista de estados que han solicitado estas 'parcelas' las encabeza China con cinco parcelas de exploración en el Océano Pacifico e Indico, Rusia con cuatro y Japón y Corea con cuatro. Cabe decir que China sustenta más del 90% de la producción de tierras raras del mundo procedentes de la tierra emergida. En total, se han solicitado dos millones de kilómetros cuadrados, una extensión similar a la Europa emergida, en licencias de exploración en los océanos del mundo. Por otra parte, aunque Europa como UE mantiene una posición de plantear un moratoria o pausa precautoria, distintos estados europeos mantienen una posición ambigua, como Francia y Alemania que tienen contratadas dos licencias de exploración cada país, y Bélgica, Noruega y Polonia tienen también licencias de exploración. Asumiendo todas las cautelas, consideramos que el debate sobre los yacimientos de tierras raras en el océano profundo ofrece una gran oportunidad para investigar en muy diversos campos científicos y tecnológicos. Un campo son los ecosistemas de los fondos marinos profundos están muy poco conocidos, con alta probabilidad de que contengan cientos o miles de especies nuevas. Investigar la biota y su relación con la geología en estos medios antes de someterlos a explotación minera es imprescindible. Así mismo, existe la oportunidad de investigar en los bio-medicamentos procedentes de organismos que viven en estos medios extremos sin luz, sin oxígeno y con alta presión. Por otra parte, la investigación de la movilización del carbono almacenado en la superficie de los fondos marinos puede afectar al ciclo del carbono y acelerar el cambio climático. En definitiva, concluimos que es necesario investigar los océanos profundos hasta conseguir estándares y protocolos científicos que garanticen la preservación ambiental de los ecosistemas abisales de los océanos y que son Patrimonio de la Humanidad. Por otra parte, la investigación de los océanos profundos es una oportunidad para el desarrollo de la Ciencia española, abarcando numerosas disciplinas de ciencia y tecnología: biología, geología, oceanografía, robótica, cambio climático, microbiología, etc.