A través de Pequeñas certezas, el director Mauricio García Lozano encontró que la audiencia conecta profundamente con la necesidad de tener certezas en la vida, pero es a partir de este texto de Bárbara Colio que también ha logrado compartir con los espectadores la importancia de aquellos momentos cotidianos, muchas veces invisibles, que también dictan el rumbo de nuestra existencia.“La verdad es que estoy bastante sorprendido. La obra es súper buena, está muy bien hecha, los personajes son entrañables, pero confieso que tenía mis dudas en relación a la recepción del público porque no deja de ser una obra que se escribió hace 20 años”, comentó García Lozano en entrevista con MILENIO. “Llevamos 3 fines de semana y nos ha ido súper bien, sobre todo la reacción de la gente es muy entusiasta”.La puesta en escena continúa su corta temporada en el Foro Lucerna del Teatro Milán, que llegará hasta el 29 de diciembre. Protagonizada por Mahalat Sánchez, Assira Abbate, Samantha Coronel, Epy Vélez y Rodrigo Virago, Pequeñas certezas centra su narrativa en la desaparición de una persona y las consecuencias sociales que sufren 2 familias en Tijuana y que a lo largo de la obra encuentran tranquilidad en los detalles que sí pueden controlar y también los premian con perspectivas particulares en relación a su vida.“Todos los personajes de la obra están muy necesitados de tener grandes certezas, de tener claridades y seguridad en la vida, como todos nosotros, pero pareciera que el mensaje que les da la historia a todos estos personajes es que no se pueden tener grandes certezas, que la única gran certeza en todo caso es la muerte y la vida nos ofrece pequeñas certezas, pequeños detalles, instantes de relación que nos dan certidumbre. Pequeños rumbos a los cuales la vida nos orienta, a lo mejor, para adaptarnos a su cauce”, declaró el director.“Es una obra que trata un tema medio escabroso: la desaparición de una persona de manera inexplicable que deja, por lo menos, a dos familias colgadas de la brocha, pero es una obra que está tratada con mucho sentido del humor y es padre porque la comedia negra, o el melodrama cómico, pasa muy bien y termina siendo una obra de esas que te hacen reír y pensar, y creo que eso está siendo parte de su éxito”.Mauricio reflexiona en el poder que nace de la narrativa a través de la identificación del público con los personajes que la protagonizan y comparte que su trabajo como director termina en el momento que se abre el telón por primera vez, cuando son los actores los que toman la batuta del ritmo e intención de cada texto. Agregó que aunque por ahora no hay planes fijos, la intención es retomar las funciones en 2025, pero en otro espacio, por lo que invita a la audiencia a no perderse la oportunidad de ser testigos de esta reflexión cruda, divertida y conmovedora.“Tengo la sensación de que este es un mensaje que resuena mucho porque es un mensaje muy generoso y muy natural, sobre todo a la luz de que la historia de estos personajes es muy entretenida y son muy divertidos, entrañables. Hay una sensación de reconocimiento, es lo que genera la obra, es muy difícil que la gente no reconozca, y no se reconozca, en los personajes queriendo tener grandes certezas y finalmente aprendiendo que a lo que podemos aspirar es a tener pequeñas certezas que nos pueden orientar muy intensamente en la vida”, señaló.YVI