EN estos días hemos asistido a una feria de las vanidades de sevillanas maneras cuando algunos que se autoproclaman defensores del dogma de nuestra idiosincrasia (como si sólo existiera una sola forma) se mofaron al ver a Turismundo Campos, el 'capataz' de la Virgen de Setefilla, dirigirse al pueblo de Lora para comenzar la verdadera procesión de su patrona al terminar la carrera oficial en la Magna. Algunos sevillanos han despreciado de forma vergonzante la manera tan particular de llevar a la Virgen. Aquí, mientras nos indignamos cuando de Despeñaperros para arriba nos tratan con displicencia provinciana, hemos actuado con una soberana mezquindad ante la pureza verdadera, el estilo propio y la falta de complejos de unos devotos que quieren... Ver Más