Con sed de sangre, por Eliana Carlin
Lejos de despertar sorpresa, las declaraciones de Morgan Quero, en las que llama ratas a los asesinados por el régimen que con entusiasmo integra, reflejan con claridad el carácter de este gobierno: autoritario, mediocre y asesino. No hay excusa que valga. Lo dicho está muy claro. Seguramente se hablará en los próximos días sobre este súbito episodio de transparencia, pero no pasará nada con el funcionario. Este tipo de comentarios, tan indignos para la institución que dirige, deberían al menos tener como consecuencia poner más luces sobre su gestión. Lo que se va revelando sobre este funcionario denota las seguridades que reposan en el poder desmedido. La impunidad está asociada con la corrupción.
Dina Boluarte lleva casi toda la semana buscando con notoria desesperación que se instale en el país una discusión sobre la pena de muerte. Como no ha tenido mucho eco, ha echado mano de los medios públicos para mover su agenda mortal. Pero, ¿qué implica una propuesta como esa? Pues busca sacar al país del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Las campañas de desprestigio y estigmatización contra el Sistema fortalecen estas posturas. Lo que no mencionan quienes promueven esta forma de populismo penal es que no podría aplicarse una reforma de este tipo durante el presente periodo presidencial/congresal. Salir del Sistema Interamericano implica denunciar una serie de tratados de los cuales el Perú es miembro, y ese proceso no es ni sencillo ni rápido. Lo cierto es que está bastante documentado que, además, la pena de muerte no disminuye las estadísticas criminales. Es una cortina de humo, como las del tiempo de Vladimiro Montesinos.
Finalmente, hablando de Montesinos, recordemos que la que pedía que Perú salga del Sistema Interamericano de DD. HH. en el chat “Mototaxi” era la propia Keiko Fujimori, cabecilla del partido que hoy co-gobierna con Boluarte. Pues a estos socios políticos no les bastó con la sangre ya derramada. Todo parece indicar que quieren seguir matando.