La dieta de los senadores: en medio de los cruces, cuánto cobrarían desde enero

El año legislativo parece haberse cerrado sin que el Ejecutivo convoque a sesiones extraordinarias pero, sin embargo y contradictoriamente, también parece "no terminar nunca", según las palabras de quienes recorren los pasillos de la Cámara alta.

Por estas horas volvió a encenderse la polémica por las dietas que cobrarán los senadores nacionales si, en los próximos días, no se convoca a una sesión que "desenganche" el aumento respecto de los módulos que cobran los trabajadores legislativos. 

A mediados de año -después de un escándalo en el que intervino el Poder Ejecutivo haciendo saber el descontento que significaba un aumento de los integrantes de la Cámara en medio de un plan de austeridad- los senadores decidieron congelar toda definición hasta fin de año. 

En esa reunión, hubo expresiones que dejaron en claro algo que siempre se ha dicho por lo bajo: a los representantes legislativos de las provincias no les agrada estar en el centro de la escena por estos temas, que consideran propios de otras esferas de la política. Se habían comprometido a encontrar una solución al tema que nunca llegó. 

Además, algunos creen que los aumentos son justos y necesarios, son ellos los menos interesados en hacer una sesión para "desengancharse" a pesar de las presiones que pudiera haber desde la opinión pública o, nuevamente, desde la Casa Rosada. 

Así, de no mediar una solución, en las próximas jornadas, en enero próximo cobrarán cerca de 9.5 millones de pesos en bruto.  

Cruces y acusaciones

A mediados de noviembre, en el Senado se esperaba que llegara una convocatoria a sesiones extraordinarias y allí poder tratar sobre tablas el tema de los aumentos de las dietas. Eso no sólo no pasó, sino que adicionalmente se vivió el proceso de destitución del entrerriano Edgardo Kueider. 

Durante días, se especuló sobre qué pasaría con el oficialismo, el espacio que si bien no había cobijado a Kueider, había contado con sus votos. Finalmente, el PRO dio quórum y el convicto legislador fue expulsado. Sin embargo, el exsenador se presentó a la Justicia para pedir que se invalide la sesión por haber sido presidida por Victoria Villarruel quién, para esas horas, estaba a cargo del Poder Ejecutivo por un viaje del presidente Javier Milei. 

Más allá de la controversia puntual, esa sesión parece haber deteriorado el clima interno de la Cámara y, por estas horas, nadie quiere llamar a la sesión para congelar las dietas de los miembros. 

Técnicamente, la vicepresidente no puede definir por si misma lo que sucede con los aumentos. Cerca de ella recuerdan que en marzo y abril los senadores "se volvieron a enganchar (a los sueldos de los trabajadores) aumentando la cantidad de módulos que cobraban y que en agosto suspendieron los aumentos de los módulos hasta el 31 de diciembre"

Además sostienen que Villarruel viene insistiendo, primero con los bloques aliados y luego en presencia de todos los sectores, sobre la necesidad de sesionar. 

"Si no sesionan y lo estiran por 90 días, va a haber un aumento automático. Van a cobrar 9.5 millones de pesos en bruto, aproximadamente", dijeron fuentes parlamentarias. 

Desde la oposición le recriminan al oficialismo no haber convocado a extraordinarias y afirman que podría ser un "despliegue" que busca Villarruel para reubicarse en el centro del discurso anticasta. 

"Lo más probable es que en las preparatorias de febrero retrotraigan lo que haya ocurrido y dispongan congelamiento o algo nuevo", señalaron desde el kirchnerismo a El Cronista. Desde el despacho de Villarruel retrucan que los senadores están dejando pasar la situación para que la opinión pública castigue a la vicepresidente como cara visible de la Cámara.

Queda claro que el año legislativo parece haberse cerrado, pero está lejos de terminarse.