Las declaraciones en las diligencias de instrucción sumarial pueden hacer mucho ruido, pero su valor en el conjunto del proceso es relativo. La verdad judicial, el relato sobre la existencia y en su caso la modalidad de un delito, la establece un tribunal tras escuchar a la acusación, los imputados, la defensa y los testigos, y luego contrastar sus manifestaciones con las pruebas que la investigación aporte en el juicio. Por tanto las confesiones de Aldama y su correspondiente contradicción por parte de Ábalos, Koldo y compañía son sólo el principio de una causa penal a la que aún le espera un largo recorrido; la credibilidad de los testimonios es provisional al menos hasta que la fiscalía y el juez...
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