Dirigía una «comisaría secreta» en el barrio chino de Manhattan para ayudar a Pekín a perseguir a los disidentes de su país. Es lo que hacía Chen Jinping, de 61 años, que se ha declarado culpable de conspirar y actuar como agente extranjero no registrado en una vista celebrada en el Tribunal Federal de Brooklyn. Se enfrenta a una pena de hasta cinco años de prisión cuando sea condenado el 30 de mayo. En el juicio, Chen admitió haber retirado un artículo en Internet sobre la supuesta comisaría en nombre del Gobierno chino en septiembre de 2022. Asimismo, reconoció que no estaba registrado en el Departamento de Justicia como agente extranjero en ese momento, como exige la ley estadounidense a las personas que actúan para otros países. Chen fue detenido el 17 de abril de 2023 y, junto a él, arrestaron a un coacusado residente en Nueva York, Lu Jianwang, que se ha declarado inocente del mismo cargo , así como de obstrucción a la Justicia. Las detenciones se produjeron tras una investigación de 2022 publicada por el grupo de defensa Safeguard Defenders, con sede en España, en la que se informaba de que China había establecido «estaciones de servicio» en el extranjero , incluida Nueva York, que trabajaban ilegalmente con la policía del gigante asiático para presionar a los fugitivos para que regresaran al país. «No existen las denominadas comisarías secretas. (China) siempre ha acatado estrictamente el derecho internacional y ha respetado la soberanía judicial de todos los países», ha declarado este jueves Lin Jian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático, al ser preguntado por el caso de Manhattan en una rueda de prensa habitual. El Departamento de Justicia ha intensificado las investigaciones sobre lo que denomina «represión trasnacional» por parte de adversarios de Estados Unidos, como China e Irán, para intimidar a los opositores políticos que viven en el país norteamericano. El Gobierno chino ha afirmado que existen centros fuera de sus fronteras dirigidos por voluntarios locales, no por policías chinos, cuyo objetivo es ayudar a los ciudadanos de su país a renovar sus documentos y ofrecerles otros servicios . Pekín ha acusado a Washington de fabricar las acusaciones para desprestigiar la imagen del gigante asiático. De acuerdo con los fiscales, Lu y Chen son ciudadanos estadounidenses que dirigían una organización sin ánimo de lucro cuya misión era proporcionar un lugar de reunión social para personas de la provincia china de Fujian. Antes de que cerrara en otoño de 2022, ocupaban un piso completo en un edificio anodino de Chinatown cerca del puente de Manhattan. Los fiscales detallaron que el sitio estaba siendo utilizado en parte para servicios gubernamentales mundanos, como ayudar a algunos ciudadanos chinos a renovar sus licencias de conducir. Sin embargo, también aseguraron que Pekín pidió a Lu que localizara a un individuo que vivía en California y que era considerado un activista prodemocracia . Además, en 2018, Lu había tratado de persuadir a un individuo considerado fugitivo por China para que regresara a su país, de acuerdo con los fiscales.