Cuando
Pep Guardiola respondió al público del
Liverpool que lo increpaba en
Anfield enseñó los seis dedos, reafirmando sus títulos, para contestar con contundencia. No les explicó que su equipo jugaba mejor al fútbol, sino lo que había ganado con el
City.
Guardiola pasará a la historia por los títulos que ha logrado, se le aplaudirá el cómo, pero siempre quedará el qué. Ganar también es un arte, aunque a veces en sectores específicos del Barça se confundan los objetivos por lo difícil que es explicar el
modelo.
Seguir leyendo...