Así será la Navidad de los últimos cristianos de Oriente Medio
La suya es la de un retroceso imparable, pero también la historia de la fe inquebrantable y la resiliencia y hasta el martirio. Llega una Navidad más para las últimas minorías cristianas de Oriente Medio -no para todas ellas, porque una parte de sus fieles, los englobados en la familia ortodoxa, la celebrarán pasada una semana-, la tierra donde los cristianismos dieron sus primeros pasos y donde sus fieles hoy son casi siempre ciudadanos de segunda, una región que ha vuelto este año que llega a su fin a vivir de lleno la violencia y el dolor y a situarse al borde de una nueva conflagración total.
Muchos son los cristianismos de Oriente Medio, como muchos son los contextos en los que viven a lo largo y ancho de la región, donde son globalmente apenas un 5% de la población y llegaron a ser el 20% a principios del siglo XX. La realidad para los cristianos difiere notablemente de un país a otro.
Si la situación más favorable para los cristianos de Oriente Medio es la libanesa, donde constituyen no menos del 30% de la población, a pesar de que los porcentajes han venido retrocediendo desde que el país levantino obtuvo su independencia-, y cuentan con la presidencia de la república -que debe ser maronita, según la norma no escrita- es en Egipto donde se encuentra la comunidad más numerosa. La mayoría de los cristianos egipcios son coptos, un grupo etnorreligioso que constituye más del 10% de la población. Considerando que la población del país más populoso del mundo árabe ha superado ya los 100 millones de habitantes, no menos de 10 millones -el número real puede ser bastante superior- son, por tanto, seguidores de la Iglesia copta ortodoxa en un país gobernado desde hace más de una década por una dictadura militar.
Si el Líbano y Egipto representan la cara de la región, amén de las exiguas minorías cristianas de Israel, la cruz se encuentra en los Territorios Palestinos, Siria e Irak. En Gaza la situación bélica que se vive desde hace más de 14 meses ha menguado aún más la pequeña comunidad cristiana, hoy a punto de extinguirse: solo sobreviven 800 cristianos.
En Cisjordania, donde el retroceso ha sido también imparable en las últimas décadas, los cristianos apenas representan entre el 1% y el 2% de la población, aunque el porcentaje en la diáspora palestina en el mundo es bastante más elevado. La localidad de Belén, situada a
apenas ocho kilómetros de Jerusalén, volverá hoy a recordar el nacimiento de Jesús en un escenario de desolación generalizada y sin apenas turistas. Hasta 13 son las denominaciones de los cristianos palestinos, siendo las principales ortodoxos griegos, católicos y presbiterianos. En Jordania los cristianos alcanzan un porcentaje igualmente pequeño: el 2% de la población.
Y si la historia reciente de Siria ha sido dramática para los cristianos, que han pasado de ser el 10% de la población de un país multiétnico y religiosamente plural antes de 2011 a menos del 2% hoy, los inesperados acontecimientos de las últimas semanas permiten albergar cierta esperanza en el futuro. Tras una fulgurante operación militar, varias milicias yihadistas o islamistas radicales lideradas por Hayat Tahrir al Sham (Organización para la Liberación del Levante) se hicieron el pasado 9 de diciembre con el poder en Siria, acabando sin apenas resistencia con más de medio siglo de dictadura.
Si el régimen de los Asad fue un ejemplo de tiranía, cierto es que los fundamentos ideológicos de la dictadura fueron nacionalistas y seculares. Durante décadas, a los cristianos se les trató en pie de igualdad respecto de los musulmanes o los drusos. Pero la larga guerra civil -13 años- y la implantación del califato por parte de los terroristas del Estado Islámico supusieron un severo castigo para los cristianos de Siria, decenas de miles de ellos obligados a abandonar el país rumbo a Estados vecinos como el Líbano o Turquía.
La gran incógnita es saber si las nuevas autoridades sirias, comandadas por una milicia cuyos orígenes y fundamentos ideológicos se encuentran en Al Qaeda y el Frente Al Nusra, respetarán los derechos y libertades de los cristianos sirios. Esta noche los cristianos sirios, divididos fundamentalmente en ortodoxos, católicos y protestantes, celebrarán en Alepo, Hama, Damasco o Homs el nacimiento de Jesús en medio de una situación de expectación y preocupación parejas.
La de Irak ha sido una tragedia parecida para los cristianos en las últimas décadas. Si la dictadura de Saddam Hussein también presumió de respeto a las minorías, entre ellas la cristiana, en un régimen secular y nacionalista, lo que ha venido después de su derrocamiento -violencia, inestabilidad y el ascenso del extremismo islámico- ha sido siempre perjudicial para los cristianos. La implantación del terror yihadista del Daesh supuso la muerte y el exilio a decenas de miles de cristianos, que hoy apenas representan el 0,5% de la población iraquí, es decir, unas 250.000 almas.