El undécimo discurso de Felipe VI como Rey fue un notorio toque de atención a la clase política. Esa es la esencia que atravesó anoche su mensaje de Navidad, el primero de la segunda década de su reinado. El Jefe del Estado pronunció una alocución más contundente de lo habitual para apuntar a los dirigentes políticos en su conjunto. Su mensaje no debe ser interpretado con equidistancias, sino por cada uno de ellos en función de su posición: a mayor poder, mayor responsabilidad. No suele adjetivar el Rey. Ayer lo hizo con claridad para lanzar una advertencia: la atronadora «contienda» política puede suponer −advirtió− «la negación de la existencia de un espacio compartido». Ese riesgo son palabras mayores, de modo... Ver Más