Los 24 mejores videojuegos de 2024: Metaphor: ReFantazio
Por supuesto que un videojuego es más que la suma de sus partes. Atrás quedaron las notas ponderadas (o peor aún, aritméticas) en las que se sentenciaba la calidad de una obra atendiendo a las dinámicas de juego, los gráficos y otros aspectos por separado. Aun así, cuando a un videojuego no se le puede poner pega alguna mires donde mires, sabes que estás ante algo grande, notorio e importante. Como Metaphor: ReFantazio.
Los responsables de Persona desde la tercera entrega llevaban más de siete años cocinando a fuego lento, con paciencia, experimentando y probando ideas, lo que en 2016 se dio a conocer como Project Re Fantasy. Atlus, un estudio afamado por ambientar sus JRPG en lugares poco comunes para el género, se adentraba en el más común de ellos: la fantasía medieval. En los caballeros con grandes armaduras, en los mundos de naturaleza exuberante, en los dragones.
Pero es Atlus. No iban a quedarse solo en tópicos y en tropos. Han utilizado ese espacio conocido para cualquiera que haya jugado a más de un videojuego de rol para dibujar un mundo y unos personajes fascinantes, para innovar sobre las reglas escritas de los combates por turnos, y para poner sobre la mesa unos temas que, de manera intencionada o no, conectan con la situación de nuestro propio mundo, con los problemas que amenazan nuestras democracias y con las injusticias políticas, sociológicas y psicológicas con las que convivimos.
Una campaña política de fantasía
Al fin y al cabo, esta es una aventura a lo largo y ancho de este mundo fantástico es ni más ni menos que una campaña electoral. El Rey ha sido asesinado, pero ante la falta de descendiente, dejó preparado un hechizo: aquel que le sucederá al trono será quien alcance más popularidad entre la población de un reino donde no falta el racismo más literal, la desigualdad económica, las conspiraciones y las manipulaciones.
Nuestro objetivo, tras un buen puñado de horas en el que el fuego va calentando el argumento hasta que entra en una ebullición que no termina hasta que vemos los créditos finales, es precisamente ascender al trono para evitar que un autócrata haga la propio. Por el camino habrá que ayudar a pueblos con distintos problemas, reclutamos personajes que se suman a nuestras filas, y en definitiva, recabamos apoyos mientras aprendemos cómo funciona el poder, la religión, la raza y otros pilares de la sociedad de un mundo fascinante.
Una evolución sobre lo visto en Persona
Todo esto, como ocurría en Persona, estructurado de una manera que consigue dotar a la aventura de una sensación de urgencia de la que carecen la mayoría de los juegos de rol. La gestión del tiempo es fundamental para explorar mazmorras, acceder a acontecimientos principales de la historia, mejorar las relaciones con nuestros personajes, pertrecharnos en los comercios para nuestras siguientes incursiones, y por supuesto, viajar entre las diferentes localizaciones.
También del spin-off de Shin Megami Tensei hereda los fundamentos del sistema de combate; como en aquellas sagas, las debilidades elementales y la gestión de los turnos son la clave para triunfar. Pero sobre ello se añade un sistema de clases u oficios con mucha profundidad y versatilidad que constantemente te anima a experimentar; y una mecánica para acabar con los adversarios más débiles sin entrar en los combates por turnos, lo que minimiza los momentos en los que las batallas largas se suceden sin parar, y por tanto, agiliza una aventura que ya de por sí tiene un ritmo intachable.
Tan intachable como la manera en la que el videojuego conecta con nuestros sentidos de la vista y el oído. El mundo nos maravilla con paisajes de belleza deslumbrante, los personajes tienen un diseño arrebatador, y los enemigos (especialmente unos denominados humanos) son una delicia. La transición de los ritmos modernos de los Persona a la música orquestal inspirada, sobre todo, en las diferentes religiones de nuestro mundo, dan un empaque fantástico a algo que nos rechina llamar producto.
Si lo aquí descrito capta vuestra atención, Metaphor ReFantazio probablemente no será vuestro juego del año. Será uno de vuestros videojuegos favoritos por siempre.