La Caja de Pandora del Siglo XXI

Entregar el recipiente a Pandora estaba condicionado por la advertencia de los Dioses: nunca abrirlo.

Zeus se lo entregó como regalo de bodas cuando ella fue enviada a la Tierra para casarse con Epimeteo.

Pandora no sabía que dentro se encontraban todos los males del mundo. Pero la curiosidad pudo más que el resto de los sentimientos. Abrió el recipiente. Y todos los males y sufrimientos escaparon, afectando por siempre a la humanidad.

Al reconocer el error, lo cerró rápidamente. Dentro sólo conservó la esperanza. “La última que se pierde”.

Desde tiempos inmemoriales, perseguir el conocimiento ha sido una necesidad vital. Une y esencializa la cooperación como mecanismo de sobrevivencia.

Con el surgimiento de la Inteligencia Artificial, ChatGPT, Google y demás, ese conocimiento llega a lo infinito. Inabarcable.

Como resultado, el valor de este y de la información —antes los recursos más preciados— disminuyen. “¿Por qué invertir años estudiando cuando la IA puede proporcionar respuestas instantáneas?”

A medida que esta tendencia acelera, el conocimiento activa el riesgo de volverse insignificante.

Cuando suceda, ¿qué haremos para encontrar satisfacción? ¿Qué propósito tendremos? ¿Qué rol cumplirá la humanidad?

Lo que estamos creando podría redefinir el significado de estar vivo. Impulsar la vida hacia un reino de posibilidades inexplorado.

Si la IA piensa, aprende y se adapta de manera independiente, obligara a reconsiderar si la forma física es un requisito para la vida. Si la conciencia la define.

Esta visión es divertidamente inspiradora. Pero requiere profundización en las implicaciones éticas. ¿Qué salvaguardas son necesarias para preservar y garantizar su alineación con los valores y necesidades humanas?

Mientras los humanos estamos limitados a estar en un solo lugar a la vez, en el reino digital todo existe concurrente.

Este boom plantea profundas inquietudes sobre la naturaleza misma del existencialismo. ¿Somos simplemente energía inteligente? ¿Estamos procreando una nueva definición de vida? Más allá de la comprensión actual.

¿Cuándo no quede nada por entregar a la vasta reserva de emociones, cognición, ideas y pensamientos de la computación cuántica, nos rendiremos ante la IO?

¿O cerraremos el recipiente antes de que sea tarde?

De la incertidumbre solo queda la esperanza.

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