"Pasar frío o ser sancionados": el dilema de los guardias civiles ante la falta de ropa de invierno
Un chubasquero para protegerse de una temperatura de menos veinte grados en la localidad de Benasque (Huesca). Esa es la situación que están viviendo algunos efectivos de la Guardia Civil que no disponen de las prendas adecuadas para resguardarse del frío. Estos agentes se ven en la tesitura de recurrir a "prendas particulares civiles" para no congelarse pero viven con el temor de incurrir en una sanción por "no cumplir con la uniformidad". Se considera una falta leve y significan pérdida de días de haberse, según explica uno de estos funcionarios a LA RAZÓN.
La asociación profesional de los "Independientes de la Guardia Civil " (IGC) ha puesto de relieve esta problemática ya que carecen de la la dotación de uniformidad específica para climatología adversa. Los damnificados son aquellas unidades que prestan servicio en demarcaciones que superan los 1.000 metros de altitud o que se enfrentan durante el período invernal a temperaturas especialmente frías. "Todavía siguen sin ropa de abrigo adecuada", lamentan.
Esta problemática también la sufren los agentes de la Guardia Civil de Tráfico. "Además es básico una prensa para el frío de la cabeza tipo gorro y no la gorilla con visera del Telepizza que llevamos", critica uno de estos efectivos. "Estamos hartos de pedir prendas por medio de asociaciones, de manera particular y no llegan", afirma.
"Es fundamental que se den cuenta que estamos en el mismo medio que unidades de montaña por ejemplo y no tenemos ni la mitad de la mitad de prendas de abrigo que tienen ellos, suponemos que porque lo que vende vende y seguridad ciudadana y otras especialidades no son tan vistosas pero si igual de resolutivas pasando largas horas encima de nieve auxiliando a personas en vehículos, autobuses y demás. Lo que no vamos a dejar es ningún ciudadano sin atender aunque se nos siga sin dotar de prendas acorde al medio dónde trabajamos", resalta este agente.
El mismo abrigo en Canarias y en Huesca
Los efectivos lamentan que sienten "abandono" ya que, en cualquier trabajo, se dan prendas acorde para realizar el trabajo, "cueste lo que cueste". "No podemos llevar las misma ropa en zonas de mucho frío que en Canarias y la realidad es ésta. Al igual que no podemos llevar turismos en zonas de montaña por la peculiaridades de la zona y se nos ponen ruedas de nieve en los vehículos los agentes necesitan una dotación de prendas acorde", afirman.
Esta situación la llevan "años y años" denunciando y citan la "falta de interés por la administración". El tema ha salido a la palestra por una denuncia pública de IGC. Esta asociación profesional ha denunciado que desde los estamentos se ha dotado de "uniformidad específica para climatología adversa solo a determinadas unidades específicas de montaña, pero, sin embargo, y pese a los continuos requerimientos, los guardias destinados en seguridad ciudadana en municipios donde la temperatura es congeladora continúan desempeñando sus cometidos profesionales a la intemperie con la misma dotación de uniformidad que los guardias civiles destinados en Canarias o Andalucía".
"Debido al evidente contraste térmico existente entre las distintas regiones de España, consideran que no se puede dotar de las mismas prendas a los agentes destinados en un lugar con temperaturas bajo cero que a los destinados en regiones con climas más suaves", subrayan al tiempo que consideran que reclaman una "lógica evidente". Por ello, desde IGC consideran que aquellos guardias civiles que realizan servicios en una demarcación situada a más de 1.000 metros de altitud o que sufran a lo largo del invierno temperaturas extremadamente frías necesitan estar en posesión de prendas de uniforme adecuadas de forma exclusiva para desempeñar su trabajar bajo situaciones climatológicas extremas y así lo han reiterado a lo largo de los últimos años.
Porque cada año, con la llegada de los primeros temporales de agua, nieve y frio que dejan aislados a pueblos y a una gran cantidad de ciudadanos en situación de apuro, "no se puede permitir que los guardias civiles encargados de prestar su auxilio se enfrenten a estas complicadas situaciones sin una uniformidad impermeable, abrigada y carente de capucha para la lluvia". "La falta de idoneidad en las prendas de abrigo de los guardias civiles llega hasta los mismos guantes de dotación, fabricados con material de forro polar, que a la media hora de servicio en días de nieve o lluvia están empapados. De la misma manera, la prenda de dotación para la cabeza es una gorra con visera, muy útil para los días de sol, pero totalmente inservible en estos días fríos que hacen que las orejas de los agentes queden a la intemperie con temperaturas bajo cero", enfatizan.
Lentos procesos de adquisiciones
Estos agentes subrayan que en muchas ocasiones los servicios son permanecer en la vía pública durante ocho horas o más. Con ello, los guardias civiles llegan a sus casas en "condiciones indignas para cualquier trabajador, cosa que no parece tenerse en suficiente consideración por ninguna unidad de prevención de riesgos laborales del Cuerpo". Según el portavoz nacional de IGC, Daniel Fernández, desde la DGGC han trasladado a las asociaciones representativas de guardias civiles que "la ausencia de material de abrigo es una excepcionalidad puntual que afecta solo a una pequeña parte de agentes, y han achacado esta disfunción a la dificultad y la lentitud que conlleva el proceso de adquisición, que está sujeto a licitaciones públicas para la posterior fabricación de dicha uniformidad por parte la empresa resultante".
"Un proceso, indican, que puede llegar a demorase dos años sumando todas las fases del proceso, con el consiguiente retraso en la dotación de prendas de abrigo a todo el personal". "Se debe hacer una mejor previsión por parte de la DGGC para asegurar la disposición de suficiente stock de uniformidad en sus almacenes centrales para poder surtir en todo momento y de forma efectiva a todos los agentes", reclaman.