Hablando con mi primo Miguel Ángel de cómo habían cambiado los juegos de los niños, me comentó que él recogía cajas grandes de cartón para sus hijos y con ellas jugaban a las cabañas y construían toda clase de cosas. Yo le hablé de mi gran afición a las cajas y le conté cuántas veces las he utilizado en la escuela.