La OTAN anuncia una nueva operación de vigilancia en el Báltico para proteger los cables submarinos
La OTAN ha decidido reforzar su presencia en el mar Báltico para proteger las infraestructuras, después de que en los últimos meses se hayan multiplicado los ataques a cables submarinos. Esta misión, que se denominará “Baltic Sengry” (Centinela Báltico) contará con barcos, aviones y “una pequeña flota de drones navales”, aunque la Alianza no quiere dar demasiados detalles para no favorecer a los atacantes. El objetivo es mejorar la vigilancia para poder detectar las amenazas de manera coordinada. Esta iniciativa quedará bajo la autoridad del comandante supremo aliado, el general Christopher Cavoli.
El secretario general de la Alianza, Mark Rutte, ha anunciado esta nueva misión tras una reunión en Helsinki (Finlandia) en la que han participado los líderes de Dinamarca, Suecia, Alemania, Letonia, Lituania, Polonia y Suecia. Según ha recordado el ex primer ministro holandés, aparte del suministro de energía, más del 95% del tráfico de internet llega a través de los cables submarinos y 1,3 millones de kilómetros de cables son los responsables de unos 10 billones de dólares al día en transacciones financieras.
En los últimos meses, los ataques a estas infraestructuras críticas se han incrementado y, aunque las investigaciones siguen su curso, todas las sospechas se centran en Moscú y su denominada “flota fantasma”. El secretario general de la Alianza ha recordado que en los últimos meses se han producido daños en un cable que conecta Lituania y Suecia y otro entre Alemania y Finlandia. Varios cables entre Estonia y Finlandia también han sido objeto de sabotaje.
El país anfitrión de esta cita, Finlandia, se ha convertido en un modelo a seguir después de que las autoridades del país hayan abierto una investigación tras la ruptura de un cable el día de navidad. El país ha impuesto una prohibición de visado a la tripulación de siete miembros de una embarcación y ha inspeccionado el petrolero Eagle para evitar que las naves extranjeras pueden eludir las normas si pertenecen a otro pabellón.
“Los capitanes de barco deben entender que las potenciales amenazas a nuestras infraestructuras tendrán consecuencias, incluyendo el embarque, confiscación y arrestos”, ha asegurado Rutte. Los países involucrados no descartan hacer cambios en la legislación nacional o internacional para que sea más eficaz. Dentro de la nueva estrategia, la Alianza también quiere aumentar su coordinación con los proveedores para que los cables sean más resistentes.
En los últimos meses, los países aliados son cada vez más conscientes de la importancia de incrementar la vigilancia ante este tipo de amenazas híbridas. De hecho, en mayo del año pasado se creó un nuevo centro marítimo para la seguridad de infraestructuras críticas en Reino Unido. En el mes de diciembre pasado, la OTAN ya anunció un incremento de la presencia en el Báltico.
A pesar de que se desconocen los efectivos con los que contará esta nueva misión, Suecia ya había anunciado el envío de tres buques de guerra bajo el paraguas de la OTAN y Alemania también piensa enviar barcos. Los medios finlandeses aseguran que los barcos de guerra para impedir sabotajes podrían llegar a 10.