Un juguete, un pelele, un inofensivo muñeco en manos de Lamine Yamal. Cinco goles que pudieron ser más. El huracán azulgrana se llevó por delante la débil estructura del Betis. No duró nada en pie. No tuvo el balón, vivió rodeado de problemas y se marcha de la Copa con la peor de las caras. La derrota en Valladolid, ante el colista, no se queda sola en este nuevo bache. No hay manera de que la temporada sea estable en Heliópolis. No se pedía como obligación ganar en Montjuic pero no es de recibo esta imagen tan paupérrima. Un equipo sin pelota, sin alma, sin fútbol, sin posibilidades. Lamine se paseó en su jardín para festejar el título de la...
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