¡Me estafaron! Compraron 7 boletos a Cancún con mi tarjeta en segundos
No recuerdo bien lo que sentí. Estaba en una llamada telefónica cuando recibí dos correos electrónicos con segundos de diferencia. El primero era de una aerolínea informándome que pronto recibiría los siete boletos a Cancún que acababa de adquirir, y el otro era de mi banco, confirmando la compra de dichos tiquetes por más de $1.800.
¿Cómo protegen los bancos a sus usuarios de las estafas informáticas?
Intenté calmarme, pero mis manos temblaban mientras sentía un hueco en el estómago. La desesperación crecía con cada segundo.
Apenas pude reaccionar, abrí la app del banco y bloqueé la tarjeta. Cada segundo entre escribir mi usuario, poner la clave y entrar se sintió eterno.
Pocos minutos después, recibí otro correo del banco: un intento de compra de casi $1.000 en otra aerolínea había sido rechazado porque la tarjeta estaba bloqueada. No les bastaron los siete boletos a Cancún, también intentaron comprar un tiquete a Madrid.
Para complicar más las cosas, yo no estaba en Costa Rica. Recuperé mi cuenta de Skype, compré saldo y llamé al banco, sintiéndome completamente vulnerable, pese a que le pago seguro a la tarjeta, lo cual me daba un respiro.
No entiendo por qué, pero la aerolínea envió los boletos y las reservas a mi correo electrónico. Eso me dio un arma para defenderme. Sabía que tenía 24 horas para cancelar la compra y que me devolvieran el dinero, pero los estafadores conocen bien las reglas. Si el vuelo es en menos de 24 horas, no se puede cancelar.
Además, ocurrió un viernes, lo que limitaba mis opciones de ayuda. El banco me explicó que las compras primero quedan en “flotantes”, un estado temporal antes de que aparezcan en el estado de cuenta. Debía esperar para presentar un reclamo formal.
También llamé al call center de la aerolínea, pero ahí era poco lo que se podía hacer, pues me explicaron que el reclamo se realiza mediante el banco.
Finalmente, gracias a amigos y conocidos de la industria de viajes, logré contactar a alguien en la aerolínea, quien en un rápido proceso canceló la compra. El monto por pagar quedó en flotantes y, unos días después, desapareció.
Sobre los pasajeros, posiblemente fueron estafados pues les compraron los tiquetes a un tercero. Las siete personas son de Panamá, pero la transacción se hizo con un datáfono en Alajuela.
De ellos solo supe que la aerolínea los iba a abordar al llegar al aeropuerto para indicarles que sus pasajes estaban cancelados pues fueron comprados mediante una forma fraudulenta.
Desde entonces, mantengo mi tarjeta bloqueada y solo la desbloqueo cuando voy a realizar un pago. Es imposible no sentir temor y frustración por un hecho como estos.
En este enlace les dejo algunas sugerencias para protegerse de estas estafas informáticas. Una de ellas es tener seguro en la tarjeta.