Madrid se ha convertido en destino favorito de los turistas que más gastan. Así lo demuestran los últimos datos oficiales, que señalan que al cierre de 2024, el gasto medio por viajero había crecido un 7, por ciento, y se situaba en los 1.800 euros por turista y viaje, el más alto entre comunidades y muy por encima de los 1.314 euros de media en España. Es la apuesta de Madrid, que tiene en este sector un 8,6 por ciento del PIB madrileño y unos ingresos de 25.000 millones de euros al año. El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco, está convencido de que no se ha tocado techo, ni mucho menos: «Hay muchísimo margen», estima. Y destaca las ventajas de una actividad turística que crezca «de forma ordenada». La actual, por ejemplo, da trabajo en la región a 280.000 personas y supone unos ingresos por impuestos de 8.500 millones de euros. Madrid trabaja, en colaboración entre las instituciones regional y de la capital y con los privados, en varios frentes. Por un lado, quiere asegurar a los inversores que en Madrid hay seguridad jurídica para sus proyectos: 10 nuevos hoteles de cinco estrellas se han abierto el pasado año. Además, se esfuerzan en acabar con la temporalidad, y que los veranos también sean buena época en Madrid: «Los dos últimos se ha subido de un millón de turistas», afirman en la Consejería. Otra de las metas es conseguir que se incremente el número de visitantes que se alojan fuera de la capital: hasta noviembre de 2024, eran ya 3,2 millones de turistas los que eligieron hoteles de otros municipios. Para ayudar a descubrir ese otro Madrid más allá de la capital, con los atractivos de los otros 178 municipios de la región, en la Consejería están trabajando para el año 2025 en tres aspectos: por un lado, quieren potenciar el enoturismo, que ahora puede realizarse en 20 de las 50 bodegas que hay en la región. Por otra parte, están potenciando el turismo industrial, de edificios arquitectónicos que tuvieron ese uso y ahora han merecido conservarse y estar protegidos. Y también se quiere favorecer el llamado «turismo de agua», que incluye playas con zonas de baño autorizadas, propuestas de ocio en piragua, o senderismo a orillas de los ríos, entre otras fórmulas. Todo ello se va a unir a las propuestas ya tradicionales de Madrid rural, la potenciación de las ciudades patrimonio de la Humanidad en la región, o la nueva guía 'Madrid barista'. La próxima feria internacional del turismo, Fitur, que se inaugura el miércoles, servirá de escenario para poner de largo toda esta oferta turística madrileña.