Si no hubiera sido por la película de John Farrow ‘El gran reloj’, la novela de Kenneth Fearing habría engrosado el cementerio de los libros olvidados. También Boris Vian, que la ensalzó y la tradujo al francés, contribuyó a que las generaciones posteriores siguieran leyendo la obra del escritor estadounidense. Hoy ‘El gran reloj’ aparece merecidamente en todas las antologías de la novela negra. Publicada en 1946, su lectura produce asombro tanto por el virtuosismo de la narración como por la descripción implacable del mundo de los medios de comunicación. George Stroud, el protagonista de la trama, es un alto ejecutivo de un conglomerado editorial de Nueva York que se ve envuelto en una pesadilla cuando su amante secreta, Pauline...
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