Un grito desesperado de un familiar secuestrado por Hamás: "No sabemos qué pasará hoy"
Iair Horn, de 45 años, fue secuestrado de su casa en el kibutz Nir Oz el 7 de octubre, cuando terroristas de Hamás tomaron el kibutz por asalto, matando o secuestrando a uno de cada cuatro residentes de la comunidad. El hermano menor de Iair, Eitan Horn, de 37 años, estaba de visita en su casa ese fin de semana. La familia había emigrado de Argentina hace años. Cuando las sirenas comenzaron a sonar en todo el país, advirtiendo del lanzamiento de cohetes, el padre de ambos, Itzik, envió un mensaje a sus hijos. «¿Olvidaste que en el kibutz de Iair los misiles siempre pasan por encima?», respondió Eitan. Esa fue la última comunicación que recibió la familia Horn.
Nir Oz está tan próximo a Gaza que algunos misiles, efectivamente pasan por encima. Pero solo algunos...
Ahora, quince meses después de una guerra devastadora en Gaza por la represalia israelí tras el ataque de Hamás que mató a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, secuestró a más de 250 e hirió a más de 5.500, noventa y ocho cautivos israelíes continúan en el enclave palestino. Unos cien fueron han sido liberados en la, hasta ahora, única tregua y liberación de rehenes ocurrida en noviembre del año pasado. De los 98 que quedan, se cree que la mitad están vivos. Hamás e Israel acaban de acordar un nuevo alto el fuego. A ver qué pasa en los próximos días y quién es liberado.
En el acuerdo pactado entre Israel y Hamás uno de los hijos de Horn será librado en la primera fase, el otro no aparece en la lista. ¿Cómo ha abordado esa situación?
Cuando se anunció el acuerdo ni a mi ni a mi familia, nadie nos notificó de nada. Estamos en una montaña rusa desde hace 468 días, lo de los últimos días solo es un episodio más. Estamos en una montaña rusa con la ansiedad de saber qué va a pasar. Sabemos que vamos a llegar a algún tipo de arreglo, pero hemos estado muchas veces en situaciones así en las que está a punto de pasar algo y luego no se completa. A pesar de que confirmaron esta vez, hubo declaraciones, hasta el último momento hay problemas.
¿Confía en la actuación de su Gobierno?
Yo solo lo voy a creer cuando ocurran dos cosas: la primera que reciba la llamada de teléfono que me diga a qué hospital tengo que ir a recibir a los chicos, y la otra cuando los vea subir al jeep blanco de la Cruz Roja, que para lo único que sirve es como empresa de transporte en este conflicto. Ahí voy a estar seguro hasta que los chicos están de vuelta. Hasta que eso no pase, no creo en absolutamente nada.
¿Cómo vive este baile de nombres y fechas?
El día del anuncio de la tregua fue particularmente difícil. Circulaban listas de quienes serían los primeros 33 liberados en la primera fase del acuerdo y no sabíamos si los rumores que circulaban eran ciertos o no. Tras revabar datos, descubrí que uno de mis hijos está en la lista, el otro no. Siento que me hicieron un juicio salomónico moderno, me partieron por la mitad, con el agravante que no sé si se va a implementar la segunda fase del acuerdo. En la segunda fase, el pacto dice que serían liberados el resto de los cautivos, todos los varones restantes. En la primera se espera que los liberados sean menores de edad, mujeres, enfermos y mayores de cincuenta años. Vivimos con una enorme incertidumbre.
¿Cree que el gobierno de Israel ha pactado un buen acuerdo con el los terroristas de Hamás?
Este no es el mejor acuerdo. Pero, por otro lado, esta es la opción que hay para que algo se mueva y podamos sacar a algunos hijos, con gran dolor en el alma, porque yo sé que un hijo se me queda dentro. Pero hay que aceptarlo».
¿Considera que es malo?
Esta es la opción que hay.
¿Hasta qué punto cree que ha influido la administración de Trump en la negociación de esta tregua?
Lo que ha hecho que haya acuerdo, aparentemente, es la presión por parte del enviado de (Donald) Trump, y las cosas que hace y dice el propio Trump, que dijo que les iba a caer un infierno en Gaza. Que no sé qué quiere decir, porque qué más cosas infernales no pueden pasar en Gaza. Medio Gaza casi ya no existe. Pero no importa la causa, el caso es que hay un acuerdo en camino.
¿Considera que la liberación de los rehenes se ha convertido en una especie de moneda de cambio en medio de la tensión que se vive en EE UU?
Tenía que haberse aprobado en mayo y no se aprobó. Siento que mi propio gobierno está haciendo lo que se dice en hebreo «selectsia» (selección, y ahí se le quiebra la voz). El gobierno decidió que un hijo mío sale y el otro no, con lo cual estoy terriblemente decepcionado».
¿Qué opina de las tensiones internas en el Gobierno de Netanyahu en las últimas semanas para llegar al acuerdo?
Hay ministros que se han jactado públicamente. Han torpedeado toda posibilidad de acuerdo, a esos ministros les digo dos cosas: es muy fácil oponerse cuando vosotros os sentáis a la mesa en la noche con tus hijos o les puedes dar un beso cuando se van a dormir, y yo a los míos no. Pero, ya que te opones por cuestiones de ideología, intercambia tus hijos por los míos. Quiero verte oponerte, a ver cómo levantas la mano y te opones.
No le noto muy optimista, ¿cree que saldrá bien?
Tengo mis dudas sobre el mantenimiento del acuerdo más allá de la primera fase. De hecho, ahora mismo, prometo que se que si el pacto no perdura, a los ministros que se han opuesto, les voy a perseguir hasta el fin del mundo. Los voy a demandar a todos. Si algo ocurre con mis hijos o con cualquiera de los demás van a tener que rendir cuentas por lo que hicieron.