Pedro Sánchez parece estar logrando su objetivo o, al menos, de cara a la galería: realinear a todas las federaciones bajo el yugo de La Moncloa. Incluso a aquellas más díscolas. Es el caso de Castilla-La Mancha o Extremadura. «El Gobierno de España es el Gobierno de la esperanza», ha señalado el secretario general de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, en la clausura del XV Congreso XIII Congreso Regional del PSOE, dirigiéndose al presidente del Gobierno, a quien cariñosamente se ha referido en todo momento como «querido Pedro». Es más, ha abundado Gallardo: «Cuando hay un Gobierno de España presidido por un socialista como Pedro Sánchez se aumenta el salario mínimo interprofesional (SMI), las pensiones, los derechos porque es un Gobierno valiente que busca soluciones». El presidente del Gobierno ha hecho este domingo en Extremadura la tercera parada de su gira por los congresos territoriales del PSOE que le llevarán por toda la geografía española, excepto Cataluña, que lleva su propio ritmo. Tras su visita a Asturias del viernes con Adrián Barbón y la del sábado a Castilla-La Mancha con Emiliano García-Page, uno de los barones más críticos con el sanchismo por no decir el que más, el líder de los socialistas ha recalado en Plasencia, rodeado de fuertes medidas de seguridad, para acompañar al PSOE de Extremadura y a su secretario general, Miguel Ángel Gallardo, otro de los díscolos, que recién acaba de revalidar su cargo. Crítico desde un principio con el concierto para Cataluña con el que se pactó la investidura de Salvador Illa en Cataluña, Gallardo dijo posicionarse «radicalmente» en contra de esta nueva cesión del PSOE al independentismo porque, señaló en su día, «la llave de la caja la tiene que tener siempre el Estado». Unas críticas que elevó incluso en el Comité Federal, el máximo órgano entre congresos del PSOE, en la línea de Barbón o Page. Sin embargo, ni rastro de ellas este domingo. Sánchez ha querido escenificar en el 15 Congreso Regional del PSOE de Extremadura con Gallardo, al igual que hizo con el presidente castellanoleonés apenas 24 horas antes, una imagen de fortaleza y unidad. Aunque las diferencias han sido notables. Mientras Page y el jefe del Ejecutivo ni siquiera se sentaron juntos en el auditorio, sí ha hecho lo pertinente con el extremeño. No solo eso, sino que Pedro Sánchez ha llegado al Palacio de Congresos de Plasencia al filo de las 12.00 horas, muy sonriente y mano a mano con el propio Gallardo. Ya en la sala, a la que le costó cinco minutos de reloj acceder al líder socialista interrumpido a cada paso que daba por besos, abrazos y apretones de mano de la militancia, se sentó también junto al expresidente Fernández-Vara, actual responsable de Política Territorial de la Ejecutiva Nacional del PSOE, a quien el público ha dedicado una fuerte ovación de varios minutos. Tras deshacerse en halados con Sánchez y asegurar estar preparado «para ganar y recuperar confianza del electorado en 2027», Gallardo ha dado paso al líder del Ejecutivo, quien antes de articular palabra le ha brindado «la fuerza de todo el PSOE español». Sánchez ha vuelto a recurrir en Extremadura a lo que se ha convertido en un habitual de las sesiones de control de los miércoles en el Congreso de los Diputados: las portadas de 'The Economist'. En esta ocasión, ha sacado pecho una vez más de que España haya sido nombrada por esta publicación inglesa como la mejor economía del mundo. «¿Qué explica este giro de 180ºC? El hundimiento político e ideológico del neoliberalismo y el resurgimiento de la socialdemocracia», ha dicho Sánchez. Entre una palmadita en la espalda y otra por haber logrado «desmontar estos últimos seis años, como un castillo de naipes, la vieja teoría neoliberal», el líder socialista ha aprovechado para lanzar un dardo al PP y en especial a su presidente, Alberto Núñez Feijóo: «No sé muy bien donde anda Feijóo. Debe ser que tampoco ejerce como jefe de la oposición porque no quiere», ha exclamado para a continuación asegurar que el popular «no hace más que ruido», sobre todo, ha dicho tirando de ironía, «en las tertulias de estos medios de comunicación que tanto nos quieren» y «da la impresión de que España se va al garete cuando somos la mejor economía del mundo». Pero «si apagamos el ruido -ha proseguido- la oposición es la nada absoluta y veremos cómo va España: viento en popa y a toda vela en materia económica, en materia social, y en materia de cohesión social y territorial. Cuanto más se desgañite la oposición, es la señal de que lo estamos haciendo bien», ha zanjado. Miguel Ángel Gallardo revalidó el cargo de secretario general del PSOE de Extremadura hace apenas una semana. Lo hizo sin sorpresas. Tras la marcha de Guillermo Fernández-Vara, al frente de la federación extremeña durante 15 años, Gallardo fue elegido en las primarias del pasado 2 de marzo, que ganó con el 56 por ciento de los votos frente a Lara Garlito, la candidata más próxima al expresidente de la Junta. El pasado fin de semana, logró, de nuevo, imponerse por más de 62 por ciento del voto. En esta ocasión, se medía a Esther Gutiérrez. Gallardo es el alcalde de las seis mayorías absolutas en Villanueva de la Serena (Badajoz). Un cargo que compaginó desde 2015 con la Presidencia de la Diputación de Badajoz, con tres legislaturas a sus espaldas ya. De hecho, fue uno de los impulsores de la fusión con Don Benito, un proyecto en punto muerto después de que Siempre Don Benito, formación contraria a la unión, se hiciera con la alcaldía después de las elecciones municipales del 28-M gracias a un pacto con el PP. Ahora, se ha comprometido ha dejar la Diputación para hacer oposición a tiempo completo a la actual presidenta de la Junta de Extremadura, la popular María Guardiola