La fruta producida en un país de América Latina que se ha convertido la favorita de China: se exportó más del 90%
Las cerezas chilenas han consolidado su presencia en el mercado de frutas en China, posicionándose como el principal producto exportado desde América Latina. Durante la temporada 2023-2024, las importaciones chinas de esta producto alcanzaron los US$2.260 millones, lo que representa un aumento del 16% respecto al año anterior, según datos de ProChile y la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile. Actualmente, más del 90% de la producción se destina al mercado chino, donde su simbolismo de prosperidad las convierte en un producto altamente valorado.
Para la temporada 2024-2025, se estima un crecimiento del 50% en la producción de cerezas en Chile, con envíos que superarían las 650 mil toneladas, impulsados por la ruta marítima Cherry Express, que permite una entrega rápida y eficiente a los principales puertos de China.
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El auge de las cerezas chilenas en China: razones detrás de su popularidad
El color rojo brillante y el sabor dulce de las cerezas chilenas han conquistado el mercado asiático, convirtiéndose en un elemento esencial en celebraciones como el Año Nuevo Chino, donde simbolizan fortuna y felicidad. Esta tradición, sumada a la excelente calidad del producto, ha impulsado su consumo masivo en las principales ciudades del país.
Chile ha logrado diferenciarse gracias a las condiciones climáticas favorables y a las modernas técnicas de cultivo, que garantizan una fruta de alta calidad. Además, la expansión de puntos de venta en supermercados, plataformas de e-commerce y mercados mayoristas ha contribuido a reforzar la presencia de la cereza chilena como un producto premium en el exigente mercado de frutas en China.
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La logística detrás del éxito: cómo llegan las cerezas chilenas frescas a China
El proceso logístico juega un papel clave en el éxito de las cerezas chilenas en China. La mayoría de los envíos se realizan a través del Cherry Express, una ruta marítima directa que permite la llegada de la fruta a ciudades como Shanghai y Guangzhou en un plazo de 21 días, con lo que preserva su frescura.
Los contenedores refrigerados, equipados con tecnología de atmósfera controlada, prolongan la calidad de la fruta durante el trayecto. Además, la coordinación entre autoridades chilenas y chinas ha permitido agilizar los trámites aduaneros, por lo que los tiempos de liberación se relucieron en un 30%.