La constancia a corto y a largo plazo ha coronado a Madison Keys en Australia, campeona tras prevalecer ante la euforia y la garra de una Aryna Sabalenka a la que le incomodó desde el inicio la presión de ser la defensora del título –dos consecutivos, veinte victorias seguidas–, de ser la número 1, la favorita. Constancia a corto plazo porque no se dejó llevar por el vendaval de juego potente de la bielorrusa y mantuvo la calma, el orden y una derecha fantástica en todo momento, incluso cuando rugió esta y recuperó un set en modo ciclón. Constancia a largo plazo porque Keys, 29 años, había pisado su primera gran final en el US Open de 2017 y ahí,...
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