El Campeón Sin Corona
Por: Daniel Alonso, Lo Mejor del Boxeo.
Ha terminado su existencia terrenal, a los 79 años, Antonio «Buchí» Amaya. Finalmente, el artista de la fina esgrima, el mejor jab de izquierda sucumbió a los males que lo aquejaban y se fue con la misma humildad con la cual llegó al mundo en su natal Santa Isabel, en Colón.
Podría decirse que Amaya estaba predestinado a ser el tercer campeón mundial de boxeo nacido en Panamá, pero los malos fallos en Japón le impidieron alcanzar la gloria. Así ocurrió en sus dos peleas de 1969 y 1970 contra Hiroshi Kobayashi y en 1974 contra Kuniaki Shibata.
Boxísticamente creció prácticamente a la par del ídolo Ismael Laguna. Los dos integraban aquella magnífica cuadra patrocinada por Isaac Kresh, y ambos eran preparados por el inolvidable Ramón «Curro» Dossman.
Representó a Panamá en los Juegos Panamericanos de Brasil en 1963 y en ese mismo año saltó al boxeo profesional.
Antonio Amaya enfrentó a lo mejor de lo mejor en una carrera que se extendió por mas de quince años y en la cual realizó setenta y siete combates profesionales. Hizo campaña en México, logrando triunfos sobresalientes como aquel nocaut a Mario Díaz y su triunfo por puntos sobre Ultiminio Ramos.
Fue un trotamundos del boxeo. Peleó en cuatro continentes. En América Latina, además de México, hizo sentir su presencia en tinglados de Venezuela, Argentina, Puerto Rico, Costa Rica, Nicaragua, Ecuador, Colombia y República Dominicana.
En Asia combatió en Filipinas y Japón. En Africa lo hizo en Sudáfrica, y en Europa en Francia, España e Italia.
Ganó las dos peleas que hizo en el Garden de Nueva York, triunfando sobre Frankie Narvaez y el brasileño Raymundo Dias.
En Panamá, se consagró campeón nacional en tres categorías. La de los plumas, superplumas y superligeros.
Protagonizó junto al mexicano Efren Jiménez la primera cartilla de boxeo profesional que se hizo en el Gimnasio Nuevo Panamá, hoy Arena Roberto Durán. Fue precisamente en ese templo boxístico, donde tuve la oportunidad de participar en la narración radial de su pleito de revancha ante Diego Alcalá, que desembocó en un descomunal desmadre con lluvia de botellas, en protesta por el fallo. Yo solo tenía quince años, pero mis maestros Max Navarro y Demetrio Romero Wong, me permitían hacer comentarios en los descansos de los asaltos.
Amaya es considerado un verdadero artista de la fina esgrima boxística, de la vieja escuela de Ismael Laguna, Alfonso «pepermint» Frazer, Ernesto Marcel y Enrique Pinder, entre otros.
Fue, ademas, artista y cantante. Su época con los Morenos Alegres de Colón y su inolvidable tema «Amaya sufre del corazón» son parte de la historia musical que perdura en el corazón de quienes tuvimos la oportunidad de vivirla. Aún me alegra escuchar aquella parte de la canción, que dice:
«Dejenlo tranquilo, tengan compasión, no lo mortifiquen que Amaya sufre del corazón».
En homenaje a su gran carrera deportiva, Lo Mejor del Boxeo le dedicará el espacio completo de «Clásicos del Boxeo» este sábado 1 de febrero, inmediatamente después de nuestra transmisión internacional encabezada por el choque de David Benavidez contra David Morrel.
Mi más sentido pésame a sus hijos y demas familiares.
Se ha ido uno de los grandes. Ha partido Antonio «Buchí» Amaya, el campeón sin corona del boxeo panameño.
Nota: La foto que ilustra este escrito tiene un gran valor para mí. Hace muchos años, cuando Kuniaki Shibata visitó Panamá, pude contactar a sus dos rivales panameños, Antonio Amaya y Ernesto «Ñato» Marcel, y logramos tomar esta foto. Entre risas y abrazos, Amaya y Marcel le decían a Shibata que, aunque oficialmente ninguno de los dos pudo vencerlo, el siempre recordaría la guantera que recibió de ambos. Nunca olvidaré ese momento.