Durante mucho tiempo uno de los mayores misterios del atletismo fue predecir cuándo se rompería la barrera de las dos horas en maratón. Si bien
Kipchoge ya corrió oficiosamente 42,195 kilómetros en un tiempo de 1h 59:40 en aquel reto particular en el Práter de Viena, los más
puristas del atletismo consideran que el listón de las dos horas todavía está por llegar: debe hacerse en un maratón homologado por la
World Athletics, con control antidopaje y sin la ayuda de 41 liebres -como fue el caso de Eliud-.
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