Randy Tueros, el mototaxista de SJM que conquistó Europa y Asia con el baile de tijeras: "Soy algo tímido"
La Danza de las Tijeras, originaria de Ayacucho, no es solo un espectáculo visual, sino también una manifestación de resistencia cultural. Esto lo ha comprendido a la perfección Randy Tueros Espinoza, conocido artísticamente como Cusi Cusi, un mototaxista de San Juan de Miraflores que ha llevado esta emblemática danza a escenarios internacionales. Su historia es un ejemplo de cómo la pasión por la cultura puede abrir puertas en el mundo.
Desde las empinadas calles de Pamplona Alta, Cusi Cusi combina su trabajo diario con la preservación de una tradición andina que ha cautivado a audiencias en Europa y Asia. Con 20 años de experiencia en la danza, su historia es un testimonio de dedicación y amor por su herencia cultural.
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Un viaje desde la Rinconada de Pamplona Alta
Randy Tueros Espinoza, conocido como Cusi Cusi, maneja su mototaxi por las difíciles calles de Pamplona Alta, un sector alejado de San Juan de Miraflores. A pesar de las dificultades del terreno, él afirma que “así es la chamba”, y esto refleja su compromiso con el trabajo. Sin embargo, pocos pasajeros podrían imaginar que este mototaxista ha llevado la Danza de las Tijeras a escenarios internacionales, dejando en alto el nombre del Perú.
La danza como un acto de resistencia cultural
La Danza de las Tijeras es una manifestación artística que combina acrobacias, música y una profunda concentración espiritual. Cusi Cusi ha dedicado dos décadas a esta danza, que no solo es un espectáculo visual, sino también un símbolo de resistencia cultural. “Lo que sorprende en Europa es cómo integramos los movimientos con las tijeras, sin dejar de tocarlas”, comenta sobre sus presentaciones en países como Francia, Italia, España y Alemania.
Un legado que se transmite de generación en generación
Además de bailar, Cusi Cusi también se dedica a enseñar la Danza de las Tijeras a niños, asegurando que este arte se mantenga vivo. “El aprendizaje es exclusivo de ciertas familias y se transmite de generación en generación”, explica. Su deseo es continuar en su comunidad, difundir la cultura andina y formar a las futuras generaciones en esta tradición.
Reconocimiento y humildad en el día a día
A pesar de su éxito en el extranjero, Cusi Cusi mantiene una actitud humilde. Por las mañanas, recorre las calles como mototaxista, un oficio que ha ejercido durante 15 años. Aunque muchos de sus pasajeros no conocen su faceta artística, algunos lo reconocen por sus presentaciones en eventos costumbristas. “Soy algo tímido, pero siempre hay vecinos que me piden que los lleve o les interesa saber dónde me presentaré”, confiesa, reflejando su conexión con la comunidad.