Cómo Bitcoin Salvó a Empresas en Economías en Crisis
En periodos de recesión económica, las criptomonedas y, en especial, Bitcoin, se han posicionado como una opción sólida para empresas que buscan estabilidad y nuevas vías de desarrollo. Su integración ha derivado en la aparición de nuevas oportunidades a nivel de diversificación de activos o protección frente a procesos inflacionarios.
Diversificación de activos y protección contra la inflación
A lo largo de las últimas décadas se ha podido constatar cómo las criptomonedas han adquirido un papel significativo frente al azote de procesos inflacionarios. En economías especialmente afectadas por el fenómeno de la hiperinflación o sobrevenidas por crisis monetarias como Zimbabue o Venezuela, las criptomonedas se han convertido en un recurso importante de diversificación de activos. A medida que las monedas locales sufren una pérdida de valor acelerada, las criptomonedas se han posicionado como una alternativa que ofrece cierta estabilidad tanto a los ciudadanos como a las empresas.
Cuando se produjo una devaluación repentina del valor del bolívar, miles de particulares optaron por el Bitcoin, convirtiéndolo en un refugio financiero. Esto es algo que también se ha observado en el mercado global, donde el precio bitcoin dolar actúa como indicador de su estabilidad en tiempos de crisis. La criptomoneda, además de convertirse en una reserva de valor, permite operar con transacciones internacionales seguras, algo especialmente relevante en el contexto de un país afectado por restricciones bancarias y un sobrecontrol cambiario que dificultan el acceso a dinero extranjero.
Asimismo, la diversificación de activos mediante criptomonedas ofrece la posibilidad de eludir la intervención gubernamental que existe sobre las monedas locales. Por supuesto, Bitcoin está fuera de cualquier control estatal. Si bien es cierto que existen costes en concepto de transacción y volatilidad asociados a las criptomonedas, ofrecen una mayor estabilidad en comparación con monedas fiduciarias como el Bolívar, por lo que tienen una utilidad para atenuar los efectos de los procesos inflacionarios. Al final, hablamos de una alternativa efectiva en contextos fuertemente condicionados por una crisis económica.
Facilitación de transacciones internacionales
Uno de los principales puntos de inflexión que ha supuesto la aparición de las criptomonedas tiene que ver con la vertiente técnica y la integración de una infraestructura capaz de posibilitar y facilitar la gestión de transacciones internacionales. Gracias a ello, y especialmente en períodos de crisis o recesión financiera, las criptomonedas pueden adoptar el papel de activos refugio, y ello tiene que ver con su globalidad. Una de sus principales fortalezas reside en su capacidad para efectuar transferencias globales sin necesidad de intermediarios y, por tanto, minimizando los costos convencionales asociados a este tipo de operaciones, pero también los tiempos de procesamiento. En regiones que presentan restricciones cambiarias, han tenido un papel especialmente significativo en lo que concierne al envío de remesas y adquisición de bienes.
Asimismo, la tecnología blockchain proporciona un contexto altamente transparente, que ofrece trazabilidad y, por tanto, confianza a la hora de efectuar operaciones internacionales. Al final, se trata de un recurso importante en entornos complejos, como una plataforma especialmente útil para la reconstrucción de economías de forma más eficiente. Mientras que las criptomonedas sigan ganando notoriedad e integrándose a nivel global, su función como facilitadoras de transacciones internacionales ganará mayor peso y tendrá implicaciones más importantes en el modo en que se gestionan períodos de mayores dificultades económicas desde los gobiernos y las empresas.
Acceso a servicios financieros innovadores
La irrupción de los criptoactivos ha marcado un antes y un después, especialmente en regiones desbancarizadas, aunque su adopción global también implica la asunción de determinados riesgos potenciales. Su ecosistema, integrado por billeteras, criptomonedas estables o bolsas, se ha expandido de un modo abrupto, sobrepasando los 3,9 billones de dólares en 2024. En cambio, la regulación deficiente puede dejar expuestos a sus usuarios en determinados supuestos de lavado de dinero o financiación ilícita. Es por ello que los proyectos legislativos en este ámbito se están multiplicando con el paso de los años, lo cual indica un contexto cada vez más seguro para los usuarios de criptomonedas.
En los mercados emergentes, los criptoactivos han adquirido un protagonismo importante y, además, han puesto de manifiesto algunas deficiencias de los sistemas financieros clásicos. Aún así, su utilización podría traducirse en una pérdida del control de los bancos centrales. Además, la aparición de las criptomonedas estables, configuradas para reducir al máximo los ratios de volatilidad, puede entrañar cierta vulnerabilidad, especialmente si existen reservas insuficientes o estas se gestionan mal.
Para explotar el potencial de las criptomonedas y los sistemas altamente innovadores que las sostienen, las autoridades deben mejorar los datos disponibles, pero al mismo tiempo incentivar la coordinación internacional en términos de regulación, al tiempo que se adaptan las normativas a los riesgos específicos del ecosistema. De igual manera, la emisión de monedas digitales por parte de los bancos centrales podría brindar una alternativa segura, atenuando los retos que plantea la criptomonetización.