São Paulo, una tentadora combinación de experiencias
Diversa, multicultural y cosmopolita. Sí, São Paulo es una ciudad vibrante y llena de vida, y es que entre rascacielos imponentes y barrios con encanto histórico, esta metrópoli invita a descubrir y sumergirse de lleno en la esencia brasileña. No hay duda, Brasil, país socio en FITUR 2025, está en la lista de destinos de moda para este año, así que ¿por qué no empezar por una de las urbes más palpitantes de este seductor país latinoamericano?
Ahora, en los primeros meses del año, resulta ideal viajar a São Paulo. Y no es solo por sus agradables temperaturas, que oscilan entre mínimas de 20 grados y máximas de 30, sino también por sus icónicos eventos, entre los cuales destaca su famoso Carnaval. Del 28 de febrero al 4 de marzo, esta popular fiesta llenará de alegría, color y música las calles de ciudades como Río de Janeiro, Salvador y, por supuesto, São Paulo. En esta última, los desfiles y bailes en el Sambódromo de Anhembi se convierten en un espectáculo inolvidable.
Arte, gastronomía y zonas verdes, sus esenciales
Más allá del indiscutible atractivo de su Carnaval, São Paulo cuenta con una serie de encantos que enamoran a cualquier viajero. Para comenzar, la avenida Paulista, corazón financiero y cultural de la ciudad, es un paseo imprescindible especialmente los domingos, cuando se transforma en un espacio peatonal con artistas callejeros y puestos artesanos y de comida.
Por otro lado, sus modernos rascacielos coexisten con centros culturales como el MASP (Museo de Arte de São Paulo), cuya arquitectura suspendida, obra de la célebre arquitecta Lina Bo Bardi, es tan icónica como las obras maestras que alberga en su interior, entre las cuales se encuentran pinturas de Picasso, van Gogh o Tiziano y esculturas del francés Degas. Y siguiendo con las actividades culturales, otros museos recomendables son el Museu Catavento, un museo de ciencias ideal si se viaja con niños por sus exposiciones interactivas, y el Memorial de América Latina, obra del arquitecto Oscar Niemeyer.
De los esenciales paulistas, hay que destacar el Barrio da Liberdade, uno de los más interesantes. Llamado también barrio japonés u oriental, en él se respira una atmósfera especial que se suma al carácter cosmopolita y diverso de la ciudad. En este barrio, fruto de la inmigración japonesa de comienzos del siglo pasado a Brasil, conviven toriis con restaurantes japoneses, pasando por templos como el de Lohan y el Museo de la Inmigración Japonesa en Brasil.
Para quienes buscan arte urbano, Vila Madalena es un barrio bohemio que sorprende con sus grafitis coloridos, con gran relevancia en el área de Beco do Batman, una auténtica galería a cielo abierto. Durante la noche este barrio no pierde nada de atractivo, y es que sus bares y clubes se llenan de música en vivo y un animado ambiente.
El Mercado Municipal es otro imperdible. Conocido como Mercadão e inaugurado hace ya casi un siglo, cuenta con unas preciosas vidrieras y una impresionante fachada que sirve de antesala a sus puestos gastronómicos con un protagonista indiscutible, el sándwich de mortadela, y es que a veces la simplicidad es todo un lujo para el paladar.
Entre las joyas de São Paulo, se encuentra el Teatro Municipal. Con una clara inspiración en la Ópera de París, este edificio, que entrelaza los estilos renacentista, barroco y art nouveau, conquista a primera vista tanto por fuera como en su interior, por lo que es muy recomendable hacer una visita guiada. De igual manera, la Catedral da Sé, situada en el corazón del centro histórico, impresiona por su arquitectura neogótica y su imponente presencia.
Para descansar del ruido urbano, el Parque do Ibirapuera, un auténtico pulmón verde, es una opción perfecta. Tres lagos artificiales, un auditorio edificado por Oscar Niemeyer, un obelisco y varios palacios completan la oferta de este maravilloso parque. Y un apunte, nada mejor que despedirse de la ciudad subiéndose a uno de sus miradores, como el del Altino Arantes Building, conocido con el sobrenombre Farol Santander y cuya planta 26 cuenta con una terraza que abre la puerta a unas vistas increíbles.
Escapada a tan solo dos horas
A tan solo dos horas de São Paulo, Campos do Jordão ofrece un contraste encantador con el bullicio de la ciudad. Conocida como la «Suiza brasileña» por su arquitectura alpina y su clima fresco, es perfecto para una excursión de un día o un fin de semana, no en vano es uno de los destinos más queridos por los brasileños.
Uno de sus mayores atractivos es el Parque Capivari, con un carrusel, una noria iluminada cuando cae el sol y un lago que le otorga un carácter romántico y bucólico. Además de pasear por su encantador centro urbano, que recuerda inmediatamente a pueblecitos de Alemania o Suiza, y disfrutar de una deliciosa experiencia gastronómica en alguno de sus muchos restaurantes, nada mejor que subir al teleférico que conduce hasta Morro do Elefante, desde el cual se tienen espectaculares vistas de la región.
También Amantikir se consagra como un obligado de Campos do Jordão. Muy bien cuidado, está formado por diferentes jardines con una gran variedad de plantas. Al fondo, las montañas se extienden como una postal que parece desafiar la realidad.
Campos do Jordão es, sin duda, un complemento magnífico en un viaje a São Paulo, una de las ciudades que hacen de Brasil un destino imperdible en 2025, y es que, como ha quedado de manifiesto en esta nueva edición de FITUR, Brasil es un país sorprendente e irresistible que hay que visitar al menos una vez en la vida.