Se estima que en España existen más de 184.000 bares y aunque a la vista de los números parece un negocio fácil y rentable, el mundo de la restauración está plagado de retos diarios. La subida de precios y la gestión de personal son, seguramente, los más típicos a afrontar pero su realidad está llena de más cuestiones , como los permisos para tener terrazas, la infinita burocracia y, sobre todo, el buen trato con los clientes. Y es que cada vez está más claro que la imagen es determinante para el buen devenir de un negocio. Los comentarios en redes son la mejor marca de presentación para que uno elija un buen local y también hay otros pequeños detalles que pueden hacer que el cliente se sienta especialmente a gusto en un bar y decida repetir. El podcast 'Entre camareros' habla precisamente de cuestiones que afronta en el sector y hace unas semanas el hostelero Manuel Corrales, conocido en redes como 'El Banderas', fue entrevistado allí y quiso ser tajante con algo con lo que se ha encontrado a menudo, en sus más de 37 años en el sector, y que para él es crucial para marcar la diferencia. Manuel introduce en el debate con otros compañeros de profesión el típico momento en que unos clientes piden una última ronda al camarero y se pregunta «cómo se le dice a ese señor que no porque son las 12 y me tengo que ir». Él sabe que hay compañeros que lo hacen pero no es su caso. «Yo si me tengo que ir media hora antes o después pues me la tengo que comer como me la he comido siempre», incide. De hecho, el camarero destaca que esto siempre ha ocurrido y muchos han actuado como él y añade que « el que diga que no no sabe qué es la hostelería». Manuel, consciente de que su mensaje puede provocar reticencias y muchos se le pueden tirar a la yugular, puntualiza que «no estoy diciendo que el cliente diga 'hoy nos vamos a las 2', no es eso». Sin embargo, deja claro que es habitual encontrarse con momentos en que «están los señores a gusto y son las doce menos cinco y sabemos que nos vamos en cinco minutos pero los señores piden una última cosa». Manuel lo tiene claro. «Hay que ponérsela, yo creo que hay que tener empatía con el cliente», remarca añadiendo, para responder a quien lo cuestione, que «si no le ponemos esa última copa ese cliente al final se va molesto y ese cliente no vuelve». Su postura ha llevado, como se intuía, a más de mil comentarios de gente que lo cuestiona. Por ejemplo, Jesús ha incidido en que «el tema no es ponerle la última copa, el tema es que luego esa hora o hora y media se cobre... » y Ysrael ha añadido que en su bar tienen el bar muy bien definido «como el resto de trabajos. Si un cliente no es capaz de entender eso, mejor que vaya a otro sitio». Además, hay quien recuerda que lo que toca es avisar media hora antes de que «es la última ronda, que en media hora cerramos».