Yolanda Díaz anuncia que, desde hoy, "ya no vivimos para trabajar" con la reducción de jornada
"Hoy es un día histórico para los trabajadores tras aprobarse la reducción de jornada. El trabajo no es una mercancía. No vivimos para trabajar sino que trabajamos para vivir". Con esta grandilocuente declaración, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció la luz ver al anteproyecto de ley de reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas que beneficiará a unos 12 millones de trabajadores. "Merece la pena formar parte del Gobierno de España, ya que la rebaja del tiempo de trabajo, como otras reformas legales sobre el mercado de trabajo que se han impulsado, contribuye a mejorar la vida de la gente".
Una Díaz exultante volvió a cargar contra el PP al que inquirió sobre su postura ante la aprobación en el Congreso de esta medida. "Tendrá que retratarse ante los trabajadores si vuelve a votar que no como hizo con la reforma laboral" para, a continuación, contraponer su gestión con los años del Gobierno del PP, con una perspectiva "neoliberal que ha aprobado 46 reformas de este tipo. Ahora, son los trabajadores lo que están por delante".
Al contrario de lo que denuncian los empresarios, la ministra argumentó que reducir la jornada contribuirá a "mejorar la productividad" porque "no se trata de que echemos horas en el trabajo, pues llega un momento en el que el rendimiento no crece, sino que decrece". También sostuvo que rebajar la jornada "reducirá el absentismo y aumentará la igualdad".
Díaz ha calificado esta medida como una de las grandes transformaciones históricas del mercado laboral propiciada por el Gobierno, junto a la reforma laboral y la subida del salario mínimo, que contribuye a "modernizar España" gracias a la reformulación del control horario, que adelantó "va a ser modificado, va a ser propio del siglo XXI, va a ser digital, interoperable, con control remoto y en el que la Inspección de Trabajo va a saber en tiempo real cuáles son las jornadas que cualquiera va a hacer".
En este sentido, ha resaltado que el anteproyecto incluye el derecho irrenunciable a la desconexión digital. "Ningún trabajador ni trabajadora española va a tener que responder a un mail, a una llamada, ni siquiera de un ministro o ministra, cuando estén fuera de su jornada laboral".
Este anteproyecto necesita los preceptivos informes previos del Consejo de Estado y del CES antes de volver al Consejo de Ministros como proyecto de ley en torno a finales de febrero, justo antes de llevarse al Congreso a primeros de marzo, donde los grupos parlamentarios podrán introducir enmiendas antes de su aprobación definitiva. El objetivo de Trabajo es que la norma esté publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) antes del verano para que las empresas puedan tener unos meses de adaptación, pues, según lo acordado, los convenios colectivos que tengan más de 37,5 horas semanales de jornada en promedio anual tendrán hasta el 31 de diciembre de 2025 para adaptarse a la jornada máxima de 37,5 horas.
El texto aprobado se tramitará en los términos pactados entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos CCOO y UGT, y con la negativa de las patronales CEOE y Cepyme, y le espera una complejísima negociación parlamentaria al no contar el Ejecutivo con apoyos suficientes para ser aprobado en el Congreso, después de que algunos de sus socios, como Junts o el PNV, ya han mostrado sus reticencias a aprobarla. La patronal ya ha advertido que se reunirá con estas formaciones y otros partidos políticos para convencerles de que voten no en el Congreso y que cualquier cambio de la jornada se haga "vía negociación colectiva bipartita con los sindicatos y atendiendo a las circunstancias de cada sector y cada territorio".