Un golpe de esquila del muñidor de la Santa Caridad es algo perfectamente serio. La procesión, rezando el miserere , avanza desde el patio para acceder a la iglesia por el sotocoro, donde las 'Postrimerías' de Valdés Leal reciben a los hermanos de luz que acompañan al difunto en su último viaje terrenal . 'In ictu oculi', en un abrir y cerrar de ojos, como dice San Pablo a los corintios, se pasa de la vida a la muerte. A veces, ni eso, y al descanso nocturno sigue sin pausa el sueño eterno. ¡Cuántas veces no habría ayudado a centenares de personas a contemplar los murillos, los valdés leal y las tallas de Roldán el catedrático Enrique Valdivieso ! Y...
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