El empate que el Barça Atlètic registró ante la Gimnástica Segoviana este sábado en el Johan Cruyff dejó un sabor muy agrio en el vestuario culé, sobre todo por haber dejado escapar una ventaja de dos goles cuando el partido ya enfilaba su última media hora. El técnico azulgrana, que la víspera subrayó la necesidad de "hacerse fuertes" en casa para escapar de la zona baja de la tabla en el Grupo 1 de Primera RFEF, ofreció un discurso crítico al ver con impotencia cómo se iba la oportunidad de ganar el primer partido como local desde septiembre. "Es un asunto de amor propio, de querer, porque no va a venir ninguna virgencita aquí a ayudarmos", señaló con crudeza.
Seguir leyendo...
