Un cigarro ‘misterioso’, banderas de Venezuela y otros momentazos de Picnic
Gwen Stefani es, sin dudas, el plato principal de la primera fecha de Picnic 2025, que se lleva a cabo este sábado 8 de febrero en el Centro de Eventos Pedregal, Belén, Heredia. No es para menos: la estadounidense es una de las artistas más famosas en visitar el país durante los últimos años.
Sin embargo, el festival dejó otros grandes momentos, antes de que la intérprete de Don’t Speak pisara el escenario de la tarima Stage Picnic, no solo por las miles de personas que se dan cita en el evento y que quieren tener su “momento Picnic”, sino porque además, cada artista quiere dejar la mejor impresión.
Acá le dejamos un repaso de algunas de las situaciones más curiosas y sorpresivas de la primera fecha del Picnic 2025.
1. El cigarro misterioso
Toledo y DJP salieron a escena en la tarima Stage Picnic para demostrar que su música se codea entre artistas internacionales de gran renombre. Desde las 2:30 p. m., hora en que tomaron el escenario, una oleada de personas se agrupó a escuchar El DJ y otros éxitos de los ticos.
”Somos artistas costarricenses, a mí no me gusta que nos digan nacionales, porque cuando dicen eso nos encierran en el territorio nacional. No somos nacionales, somos costarricenses que representamos a Costa Rica afuera”, dijo Toledo y se llevó la ovación de un público.
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Los hermanos fueron amos y señores del escenario, o en un léxico popular, hicieron lo que les dio la gana. Esto no solo fue evidente cuando pusieron a corear, bailar y disfrutar a una audiencia que quizá no pagó la entrada para verlos a ellos precisamente, pero que de todas formas se unieron a una fiesta muy al estilo de Toledo y DJP.
Antes de interpretar el tema Roll Up, que versa sobre el consumo de marihuana, DJP sacó una caja de su bolsa y de esta, un cigarro. Y sí, fiel a su singular e irreverente manera de ser, lo prendió sobre la tarima y le dio algunas caladas.
¿Ese papel enrollado era de utilería, contenía tabaco o alguna hierba? De eso no hay certeza, aunque muchos puedan creer que tienen la respuesta. Lo cierto es que aquel gesto, que solo podrían hacer estos dos, encendió aún más la alegría en Pedregal.
2. Asoleados y sudados, pero de gala
Apenas se anuncia Picnic, ya muchos empiezan a maquinar la ropa, el maquillaje y los peinados que lucirán en el festival. Y así salta a la vista en el evento. Pero también es cierto que el sol, el sudor y las horas van pasando factura.
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Se abren las puertas y todo el mundo brilla, radiante de energía y con ganas de comerse el Centro de Eventos Pedregal, tomar lo que el cuerpo aguante, y disfrutar de la variada oferta artística. Pero con el tiempo, los rostros se enrojecen de llevar rayos UV, el maquillaje y los brillos chorrean, y los semblantes bailan entre embriaguez y cansancio.
Los asistentes están más que conscientes de este proceso natural, y por eso, en los primeros minutos, selfies van y vienen para capturar impolutamente el outfit que tanto planearon. Ya después, el cuento cambia y, entre artista y artista, se ven grandes filas buscando agua, y multitudes de cuerpos buscando el reposo (no falta quien incluso se quite los zapatos). Además, ya no queda suficiente batería para más fotos.
En cuanto a los olores, dejémoslo en que Picnic luce más bonito en video y foto. Porque sí, al desodorante también se le pasa el efecto.
3. Perreo entre furor y abandono
María Becerra fue el primer gran nombre en presentarse en Picnic. Concretamente, la argentina se presentó en Stage Picnic. Este escenario, el principal del evento, es a cielo abierto y está dividido en dos tarimas, entre las que se alternan los artistas.
Lo curioso es que, a pesar de ser dueña de un sinfín de éxitos, prácticamente todo el sector derecho del público (María salió del lado izquierdo) se retiró de la zona. Gran parte de este éxodo se dirigió al segundo escenario, donde se presentó la agrupación Rawayana.
Pero que no se malentienda, el show de María Becerra fue uno de los más coreados del festival, y el sector izquierdo, donde la gente tenía mayor visibilidad, estaba a reventar. También hay que decir que esta situación, aunque puede sorprender, es parte de la gracia de estos eventos, donde cada quien decide a qué artista le da prioridad.
4. Rawayana, un abrazo de Venezuela
Rawayana, banda venezolana, fue una de las grandes sorpresas de este Picnic. Si bien el grupo no es nuevo y en los últimos años su repercusión se ha disparado, lo cierto es que no figuraban como estrellas en el line-up. Sin embargo, su encanto tropical, meloso y romántico encantó a muchos.
Entre el gran público que acudió a su concierto, se vieron varias banderas de Venezuela que encerraban la complicidad trasfronteriza de un pueblo que atraviesa una difícil crisis. De hecho, hace poco Rawayana tuvo que cancelar una gira por su país, debido a que, según reportaron varios medios internacionales, su canción Veneka no le habría caído nada bien a Nicolás Maduro.
La presentación de los venezolanos fue un abrazo, tanto con sus compatriotas que ondeaban la tricolor, como con el público en general que gritó a más no poder sus letras cargadas de romanticismo urbano.
Todos estos y más momentos únicos, que se escapan al ojo de cualquier reportero, sucedieron en Picnic, cuando todavía faltaban por presentarse artistas de la talla de Gwen Stefani, Cypress Hill y Nicki Nicole.