El
Barça de balonmano tenía los cuartos a tiro, pero ha dado vida a sus rivales en la
Champions tras perder contra el Aalborg (36-35) en la 11ª jornada de la liguilla. Con el cronómetro a cero,
Melvyn Richardson tuvo un penalti para empatar el partido, pero
Niklas Landin paró su lanzamiento y desató la euforia en el equipo y el público daneses.
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