Brillaba Dresde a pesar de la sangre que se vertía en Europa. Situada a dos centenares de kilómetros de Berlín, esta ciudad no era por entonces –en febrero de 1945– un objetivo militar de primer orden. Los expertos la definen como una suerte de colosal campo de refugiados que acogía familias de toda Alemana. Mujeres, niños, ancianos, enfermeras... Pero no hubo piedad por parte de los Aliados. El 13 de ese mismo mes, y durante dos jornadas más, tres oleadas de bombarderos británicos y estadounidenses –formadas por 256, 552 y 311 aparatos– dejaron caer un ciclón de explosivos sobre la población, las viviendas y los comercios. Fueron entre 50.000 y 300.000 víctimas, y sí, hoy hace ocho décadas que ocurrió....
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